Almassora vivirá en unas horas, coincidiendo con la medianoche como puerta de entrada al Viernes Santo, la Rompida de la Hora, la esperada tamborrada que celebra en el paso del Jueves Santo a la jornada en la que se conmemora la muerte de Jesucristo. Y para que todo salga a pedir de boca en esta sonora cita de la era poscovid, Tambors de Passió ultima los preparativos para vestir la plaza de la Iglesia con los colores de la Semana Santa almazorense.

Y es que, aunque en ocasiones anteriores la cita se celebró en la plaza Mayor, este año las obras que se acometen en el céntrico ágora han obligado a trasladar este multitudinario evento. La organización confía en que no se vea empañado por la mala climatología, como ocurrió en el 2019.

Buenas previsiones meteorológicas

Con todo, las previsiones meteorológicas apuntan a que la Rompida de la Hora podrá celebrarse finalmente con normalidad, con los cálculos de mejora del tiempo tras el ultimo episodio de lluvias. Una normalidad que también será posible por el fin de la práctica totalidad de las restricciones establecidas por las autoridades sanitarias para evitar los contagios por el covid-19.

De esta forma, vecinos y visitantes podrán disfrutar de un acto marcado por la solemnidad propia de la representación de la Pasión de Jesucristo, de manera que el entorno del campanario estará ambientado para la ocasión.

Firma de invitados

Como de costumbre, la cita arrancará con la firma de invitados, que también se traslada de Ca la Vila al Huerto del Cura, una hora antes de la medianoche. De esta manera, el médico Juan Casanova se convertirá en el último invitado de honor de esta celebración y compartirá la Rompida de la Hora en el bombo gigante de la localidad con el presidente de Tambors de Passió, Damián Aguilella, y la alcaldesa de Almassora, Merche Galí. 

Cuando el campanario de la Natividad marque las 00.00 horas, será el momento en el que se dé inicio al estruendo de bombos y tambores a los pies del reloj de la iglesia por primera vez en la historia. Tras unos minutos de toque, los participantes, ataviados con túnica granate y zapatos negros, recorrerán las calles de la Vila para conmemorar las últimas horas de la pasión y muerte de Jesús y su resurrección, el domingo.

La alcaldesa Merche Galí hace hincapié en que la popular tamborrada almazorense vuelve a estar abierta al público después de dos años de pandemia y de la deslucida, aunque participativa, Rompida del 2019 cuando la lluvia impidió a Saúl Craviotto desfilar junto a Tambors de Passió. En aquella ocasión el toque tuvo lugar bajo los porches de la plaza Mayor para cobijarse del agua. 

Invitadp de honor

Es el metge del poble. Con su vocación y atención a generaciones de familias de Almassora durante casi 34 años se ha sabido ganar el cariño del vecindario. Un cariño que ya se vio recompensado en el año 2006 cuando se le concedió el reconocimiento de Almassorí de l’Any y también en el 2014, ejerciendo de mantenedor en la proclamación de la reina y damas de las fiestas.

Casanova, junto al bombo con su imagen, es el encargado de dar el toque inicial de la Rompida de la Hora de Almassora. MEDITERRÁNEO

Y ahora, a las puertas de su jubilación --acabará el año natural para, posteriormente, dedicarse más a sí mismo y a su familia--, completa esa trayectoria pública con el honor de ser la persona elegida para dar el toque inicial en la Rompida de la Hora que, cada año, organiza Tambors de Passió con la colaboración del Ayuntamiento de Almassora.

El médico almazorense Juan Casanova hará sonar esta medianoche el bombo en el que se ha estampado su imagen y que servirá para que decenas de estos instrumentos y de otros tantos tambores resuenen con fuerza para reivindicar la vuelta a la normalidad, tras dos años de pandemia del covid, sin olvidar la rompida que protagonizó el medallista olímpico Saúl Craviotto que, aunque con lluvia, logró ser un todo un éxito.

Orgullo

«El que sea yo quien rompa la hora en Almassora me lo propuso el presidente de Tambors de Passió, Damián Aguilella, aprovechando que este es el último año que ejerzo como médico, ya que con 66 años me jubilaré el 31 de diciembre», explica Casanova, quien afirma sentir «mucho orgullo y satisfacción personal por el hecho de que me hayan elegido para un acto tan especial».

«El cariño de la gente es fundamental en el día a día porque, sin darte cuenta, formas parte de numerosas familias de Almassora y vives con ellos tanto los momentos buenos como los malos», explica. Además, no duda en calificar de cracks a los integrantes de Tambors de Passió, «por dar vida a una Rompida de la Hora que está creando poso, como demuestra los triunfos que sus miembros cosechan, por ejemplo, en el Concurso Nacional de Tambores y Bombos de la Villa de Híjar, donde las secciones infantil y juvenil de la entidad quedaron en primer lugar».

«Espero estar a la altura», concluye Casanova, a quien le embarga la emoción de ser este año el invitado de honor de la Rompida pospandemia que recupera la Semana Santa.