En Nules no faltó este domingo ningún detalle para dar cumplimiento a uno de las tradiciones más arraigadas en el municipio, la procesión de les Camareres, el grupo de mujeres que, durante todo el año, se comprometen con los arreglos y el mantenimiento de la capilla de la patrona, la Mare de Déu de la Soletat, para cerrar el ciclo con el acompañamiento de la imagen en su recorrido habitual por las calles del centro del municipio.

Como en tantas y tantas celebraciones a lo largo y ancho de la provincia, la que tiene lugar en Nules el domingo después de Pascua, en la víspera del día de Sant Vicent, había tenido que suspenderse los últimos dos años. Una espera que ayer tuvo su compensación en una jornada típica, que congregó a cientos de vecinos durante todo el recorrido.

La de les Camareres es una tradición instaurada por el querido mosén Trinitari Mariner, quien profesaba gran devoción por la Soledad, que contagió a los vecinos, hasta el punto de consolidar una costumbre que se transmite de madres a hijas desde entonces.