Burriana da luz verde a la remodelación del carril bici de la avenida Mediterránea, un proyecto que llega con más de un año de retraso, pero que incorpora grandes cambios que permitirán mejorar las canalizaciones y evitar las inundaciones de la zona.
De hecho, este importante añadido es el motivo por el que el coste de las labores se ha incrementado en más de dos millones de euros, el doble de la previsión inicial.
La Junta de Gobierno Local aprobó el documento final que detalla las tareas necesarias para renovar el tramo comprendido entre la carretera del Puerto y la calle Juan Carlos I y, teniendo en cuenta el tiempo de tramitación, la licitación del contrato llegará a principios de 2023.
El concejal de zona marítima, Vicent Aparisi, esgrimió que la revisión era más que necesaria ya que «vimos que era el momento adecuado para abordar el problema de la red de saneamiento de las unidades de ejecución cercanas» asegurando que «hubiera sido contraproducente hacer la carretera nueva y tener que abrirla en poco tiempo».
Por eso, el grueso del plan consistirá en renovar la infraestructura de agua en los más de 1095 metros de la superficie, una tarea de gran envergadura según estimó el edil. Así, se cambiarán los colectores de cinco tramos, las tuberías de impulsión, las estaciones de bombeo, la red de abastecimiento y se desviarán por el suelo las conexiones aéreas de electricidad.
Grupo Roger Flor
Aparisi informó que otro de los ejes destacados en la de ordenar el espacio de aparcamiento, aunque «las plazas existentes se mantendrán, solo que mejor distribuidas». Es por eso que eliminarán todas las barreras arquitectónicas del espacio ubicado frente al grupo Roger Flor retirando las pilonas de hormigón que hay actualmente.
A partir de ahí, la nueva sección vial contará con una acera de 4 metros de ancho a la que se le adosará una línea de aparcamientos de 2,2 metros de ancho. En el lado contrario y más cercano a la playa es donde se distribuirá el carril ciclopeatonal que permitirá la separación adecuada entre el paso de vehículos y transeúntes.
Con todo, la consecución de estos trabajos permitirá acercar la conexión del anillo de salud entre el Puerto y el Grau, aunque quedará por hacer el tramo final en una futura segunda fase. Esto es debido a que en este trayecto no hay afección de Dominio Público Marítimo Terrestre, mientras que al llegar a la calle Juan Carlos I hay demarcación de Costas.
Finalmente, colocarán bancos, papeleras y nuevo alumbrado en este enclave de la ciudad que no ha tenido mejoras en 20 años.
