Hace algo más de una semana, la Guardia Civil informaba de la conclusión de una operación en la que se investigó a la junta directiva de una comunidad de regantes por la desecación del río Palancia al desviar sus aguas para el riego en Jérica. Mediterráneo ha podido confirmar que las cinco personas que fueron responsabilizadas de la elevada mortandad de peces como consecuencia de la construcción de un azud que interrumpió el curso fluvial natural, han sido finalmente imputadas por la comisión de un presunto delito medioambiental grave.
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La misma investigación detalló que los daños causados superan los 150.000 euros y que la zona afectada está considerada de especial protección en la Red Natura 2000. La situación procesal de los cinco imputados se podría ver agravada porque además, según parece, eliminar el caudal mínimo ecológico afectó al menos a una especie en peligro de extinción, la bermejuela, entre otras.
La oenegé Ríos Con Vida, que desde el año pasado ha asumido la custodia del río Palancia tras firmar un convenio con la Confederación Hidrográfica del Júcar (CHJ), incide en que el daño ocasionado va más allá de lo aparente, pues murieron «miles y miles de insectos que están en el agua y forman parte de la cadena trófica, y también afectó a los acuíferos; dejar sin agua al río influye en su mala calidad».
«En el año 2023 no podemos secar un río porque queremos regar»
Este, según explican, no es un problema nuevo y tiene un trasfondo que, a su modo de ver, necesita «la implicación de las administraciones para encontrar una solución, un equilibrio entre el respeto por el río y el mantenimiento de la actividad agrícola en la zona», detalló el presidente de la oenegé, Pere Merino.
«En el año 2023 no podemos secar un río porque queremos regar», remarca Merino, al tiempo que explica que, tras tener conocimiento de los hechos, enviaron un escrito a todas las administraciones implicadas, Mancomunidad del Alto Palancia, Ayuntamiento de Jérica, Conselleria de Medio Ambiente, direcciones generales de Medio Natural y del Agua y CHJ, «y solo nos ha contestado la Confederación con la que hemos mantenido una reunión».
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Según indica, no es la primera vez que secan el río, aunque en anteriores ocasiones «se imponía una multa y la pagaban». Esta vez, la intervención del Seprona tras la denuncia de particulares al descubrir los peces muertos, se ha puesto sobre la mesa que, aunque fuera costumbre, es un delito.
Merino indica que «cuando en la CHJ se enteraron, contactaron con su guardería rural e identificaron que era por el azud, llamaron a los regantes y les obligaron a soltar el agua, pero los peces ya habían muerto». Y añade: «El Seprona hizo lo que hay que hacer».
URGE AGUA PARA REGAR
En Ríos Con Vida, que desde su fundación hace 43 años desempeña como labor principal la pedagogía sobre la preservación de los cauces fluviales, indican que hay que buscar soluciones a la problemática del riego en estas zonas de interior y no son posibles sin la implicación de las administraciones. Como ejemplo, citan que hoy por hoy, el agua de las depuradoras del Alto Palancia no tiene calidad suficiente. Eso pasaría, por ejemplo, por la concesión de ayudas para la modernización de los regadíos. Saben que hay un proyecto para la EDAR de Jérica, «pero hace falta en todas».