SEGUNDA EDICIÓN DE ESTE PECULIAR MUNDIAL
Un pueblo de Castellón celebra un campeonato de carreras único: tirarse cuesta abajo encima de una paella
Es un singular concurso en el que gana el participante que más distancia recorre tras lanzarse por una calle con desnivel sentado en un paellón
De entre todos los actos que acogió Borriol estos últimos días dentro de sus fiestas por Sant Vicent, hubo uno que llamaba poderosamente la atención. Se trataba de la segunda edición del campeonato mundial de Baixada amb paelló pel Raval, un peculiar torneo en el que el quien ganaba era el participante que más lejos podía llegar cuesta abajo encima de una paella.
Esta transitada calle, que en enero alberga la tan conocida pujà del Raval, uno de los actos más populares de toda la provincia por Sant Antoni, en la que las caballerías suben cargadas de leña superando el fuerte desnivel, se convirtió en un epicentro de diversión, pero en sentido inverso. No en vano, el objetivo era tirarse sentado encima del paellón y ver hasta dónde era capaz de llegar cada participante.
Paellones reforzados
El impulsor de este peculiar mundial es Sergio Sánchez, un vecino al que se le ocurrió la singular idea de probar el uso de la paella como bólido. Eso sí, hace hincapié en que no vale un paellón cualquiera, por eso era la propia organización la que aportaba los recipientes para el concurso. «Son paellones más reforzados y compactos con un diámetro de 80 centímetros, pensados para cocinar arroz para unas 30 o 40 personas», cuenta a Mediterráneo.
Félix Eduardo Díaz revalida la victoria del año pasado
Otro requisito, además de tener ganas de pasárselo bien, es que lógicamente había que subirse con un casco. Así, 20 valientes participantes (entre ellos el propio alcalde, Hèctor Ramos), se animaron a probar la eficacia de las paellas como vehículos. El ganador de este particular mundial fue alguien que, visto lo visto, ya le ha cogido el tranquillo a esta práctica tan curiosa, ya que también ganó en la edición del año pasado. Se trata de Félix Eduardo Díaz, un vecino oriundo de Palencia que lleva un lustro afincado en Borriol. Fue el que más distancia recorrió, al alcanzar los 26,40 metros, lo que le permitió revalidar el triunfo de nuevo.
Aunque puedan parecer muchos metros, el organizador explica que el año pasado los paellones llegaron más lejos en líneas generales (el primero superó los 50 metros). Sergio Sánchez lo atribuye a que «debido al viento y el mal tiempo que hizo durante las procesiones de Semana Santa, los cirios gotearon mucho y eso probablemente hizo que el pavimento de la calle estuviera menos resbaladizo esta vez».
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