L’Alcora pedirá un crédito de 2,6 millones para ejecutar 10 obras estratégicas

El pleno del Ayuntamiento de l’Alcora, en sesión extraordinaria, dio este martes luz verde a la concertación de un préstamo de 2,6 millones de euros. El punto salió adelante con los votos favorables del PSPV-PSOE (11) y Més l’Alcora (1) y la abstención del Partido Popular (5). 

Los 2,6 millones posibilitarán la ejecución de «inversiones estratégicas» contempladas en el presupuesto municipal de 2024, que servirán para «seguir transformando l’Alcora, sumar servicios clave y mejorar notablemente el bienestar de los vecinos», argumentó el alcalde de la capital de l’Alcalatén, Samuel Falomir. 

«Gracias a la buena gestión económica, eficiente y responsable llevada a cabo estos años podemos decir que tenemos un Ayuntamiento totalmente saneado, con deuda cero», destacó Falomir, quien añadió que «precisamente, esta óptima situación permite al consistorio hacer frente a esta operación y mantener, al mismo tiempo, la buena salud financiera».

Entre todos los proyectos destaca el de la construcción de la Casa de la Cultura. En enero iniciaron la primera fase, con la rehabilitación de la antigua sede de La Muy Noble y Artística Cerámica de Alcora para crear la nueva biblioteca municipal. En la pasada legislatura lograron una subvención de más de 600.000 euros de fondos europeos, en el marco del Plan de Recuperación, Transformación y Resiliencia, lo que permitió que a principio de año empezara la primera fase de construcción, valorada en 1,2 millones de euros.

Además de la biblioteca, el proyecto servirá para solucionar el problema de espacio que tiene ahora la Escuela de Música, puesto que pasará a situarse en la Casa de la Cultura, que contará con un local de ensayo para la Agrupación Musical l’Alcalatén. También albergará un auditorio con capacidad para 500 personas.

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Compra de la antigua azulejera Sanchís

Por otra parte, el Ayuntamiento asegura 360.000 euros para la compra de la antigua azulejera Sanchís, por si durante este año hay avances en las negociaciones con la Sareb, la actual propietaria. El objetivo es derrumbarla para eliminar el peligro que supone y, posteriormente, ejecutar en ese espacio una residencia para la tercera edad, además de otras actuaciones, como la construcción de viviendas a precios asequibles.