Por las obras en el edificio consistorial

Esta será la nueva 'casa' del Ayuntamiento de la Vall d'Uixó

A partir de julio se suspenderá toda actividad cultural y se iniciará el traslado del pleno, servicios económicos, RRHH y del registro 

El Palau de Vivel es uno de los edificios que acoge más actos públicos.

El Palau de Vivel es uno de los edificios que acoge más actos públicos. / Mediterráneo

La ejecución del proyecto de rehabilitación del antiguo edificio de la Schola Cantorum para la ampliación del ayuntamiento de la Vall d’Uixó tendrá un punto de inflexión con el traslado este verano de los servicios municipales que se prestan ahora en la casa consistorial para reubicarlos durante dos años en el Palau de Vivel.

La alcaldesa, Tania Baños, confirmó que a partir del 1 de julio dejará de autorizarse la organización de actos en este edificio cultural alquilado a la Fundació Caixa Castelló, que previamente ha autorizado el nuevo uso durante el tiempo que duren las obras.

La reorganización está ya planificada. En el salón de actos se ubicarán los servicios de atención al ciudadano y el registro, al ser la parte del edificio más accesible. En la sala de exposiciones de la primera planta estará el pleno y en la segunda, en los despachos cedidos a asociaciones locales, se distribuirán los servicios económicos y de recursos humanos.

El equipo de gobierno es consciente de que esta decisión provocará un inconveniente directo en la organización de actividades y eventos de todo tipo, ya que este era uno de los espacios más utilizados por el propio Ayuntamiento y las asociaciones locales. La alcaldesa aseguró que «ajustaremos el resto de dependencias con que contamos para que la actividad no se pierda». Además, defendió que escoger el Palau de Vivel «no era la primera opción», pero sí ha acabado siendo «la más accesible».

Alternativas descartadas

La primera alternativa contemplada fueron las plantas vacías de la sede de la UGT, propiedad de Patrimonio Sindical del Estado, el principal inconveniente. «La ley no permite otra cesión de este tipo de inmuebles», aunque la utilidad sindical y la incompatibilidad legal no eran el único obstáculo. La valoración económica del traslado «se elevaba a los 300.000 euros».

La otra opción era la segunda planta del Mercado Municipal, pero el problema era el mismo: se reformó con fondos europeos para convertirla en un centro de digitalización. Cambiar el uso «podía comprometer la subvención recibida, por lo que los informes no eran favorables». Así, la ley y la disponibilidad, redujeron todas las opciones al Palau de Vivel. 

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