Las mejores gaseosas de Moncofa: el recuerdo de un negocio familiar

Espumosos Tena nació en 1950 y tuvo una historia de cinco décadas

Libertad Tena junto a los envases de Gaseosas Tena

Libertad Tena junto a los envases de Gaseosas Tena / Miguel Ángel Sánchez

Miguel Ángel Sánchez

La primera -y única- fábrica de gaseosas de Moncofa se abrió en 1950. Gaseosas Tena fue fundada por Llorenç Tena y Marina Espinós en la calle Colón de la localidad, y su apertura fue todo un hito en aquella época, para el municipio y la comarca. Así, tanto los vecinos de Moncofa y de los alrededores; como los turistas que en aquellos años empezaban a veranear en la costa moncofina confiaron en sus productos durante el medio siglo de trayectoria de la empresa familiar.

En el recuerdo

Libertad Tena, hija de Llorenç y Marina, recuerda orgullosa el esfuerzo de sus padres: «En aquellos años fue un negocio que sacó adelante a toda nuestra familia». Además, no solo tenían clientes en Moncofa, sino también en otros municipios de la comarca e incluso en València. De hecho, la empresa Lladró se encargó de la distribución de las bebidas en las localidades colindantes a la capital del Turia. «Sin duda, gaseosas Tena era un producto de excelente calidad y los clientes lo apreciaban», cuenta la hija del empresario Llorenç Tena.

Los inicios

El negocio nació de la visión emprendedora y activa de Llorenç. Aunque su hijo también tuvo mucho que ver, puesto que durante su servicio militar en València visitó asiduamente la fábrica de gaseosas de Vicente Monzó en la Fuente de San Luis, que le resultó de inspiración para su emprendimiento. Libertad conmemora la figura de Monzó con cariño: «Nos ayudó en todo para que la fábrica fuese una realidad: Nos enseñó a hacer las mezclas de la gaseosa, de la sarsa (cola), de naranja y de fresa», explica, entre emociones.

Además, Libertad rememora los inicios de la empresa. En aquella época, «todo el trabajo era manual». Así, tenían que limpiar las botellas individualmente, poner el precinto de plástico a mano... «eran muchas horas de trabajo al día para poder llegar a todo», añade.

Un esfuerzo familiar

Pero no todo fue fácil. A finales de la década de los 60, el agua potable de Moncofa dejó de ser de calidad. No obstante, la familia no dudó en trasladar la empresa hasta el municipio de Azuébar para continuar con su actividad. Esta localidad tenía una de las mejores aguas y este bien natural resultaba fundamental para mantener la calidad requerida.

En esta época, ya se automatizó el proceso productivo y la familia pudo «descansar un poco». La maquinaria se encargaba del lavado y de la mezcla, así como del precintaje. Pero nunca dejaron de trabajar. En ese momento, crearon una segunda marca de gaseosas Tena: Ricsana, Rica y Sana.

A finales de la década de los 90, la fábrica bajó la persiana definitivamente por la jubilación de Llorenç hijo. Aunque, como relata su hermana, él hubiese seguido adelante con el negocio familiar unos años más. Libertad se enorgullece de los años de trabajo y agradece a los vecinos de Moncofa por confiar en sus productos y por mantener vivo el recuerdo familiar.