El Gobierno valenciano presentará mañana viernes un requerimiento administrativo para paralizar el memorando que entregará el Gobierno central ante la Unión Europea, y acudirá a los tribunales de justicia de no prosperar dicha medida "para garantizar el cumplimiento de la legalidad vigente".

Así lo anunció ayer el conseller portavoz del Gobierno valenciano, Esteban González Pons, tras la reunión mantenida en el Ministerio de Asuntos Exteriores sobre la reforma del reglamento lingüístico, a la que asistió junto con la consellera de Cooperación y Participación, Gema Amor.

De esta manera, ante la actitud del Ejecutivo de Zapatero "el Consell da por iniciado el conflicto lingüístico en vista de que el Gobierno central no reconoce en este documento la oficialidad del valenciano en la Unión Europea".

BORRADOR "INACEPTABLE" González Pons se refirió al borrador del memorando que le entregaron en la reunión, que calificó de "inaceptable" porque "nuestra lengua se llama sólo valenciano, existe una normativa en el Estatuto que lo avala y además, la Generalitat es la única competente para decidir cómo se llama nuestra lengua".

Por su parte, la consellera Gema Amor explicó que el Consell trasladará a la Unión Europea su queja con respecto al proceso de elaboración del documento. Ambos consellers han denunciado que esta campaña de acoso y derribo a la Comunidad Valenciana es el peaje que debe pagar Zapatero por los favores de ERC y su chantaje para dar su voto a los Presupuestos Generales.

SE QUITARON LA CARETA Para González Pons "esta actitud implica que el Gobierno de Zapatero se ha quitado claramente la careta y ya no intenta engañar, ya que prefiere los votos de ERC antes que respetar la autonomía de la Comunidad Valenciana". Según el portavoz, "los funcionarios del Ministerio han reconocido que Zapatero es consciente de los problemas que va a generar esta postura en la Comunidad Valenciana. Lo saben pero prefieren los votos de ERC que la defensa del Estatuto valenciano".

"NO DIERON LA CARA" Por último, los consellers expresaron su malestar por el trato recibido en el Ministerio de Asuntos Exteriores donde el Secretario de Estado, Alberto Navarro, no ha querido "dar la cara", y ha mandado a dos funcionarios a atenderles sin dejar acceso a los medios de comunicación que habían acudido a cubrir la reunión.