Un abrazo más fuerte de lo habitual y una despedida emotiva, con aplauso incluido, al ya exconseller de Educación, Vicent Marzà. El habitual pleno de los viernes del ejecutivo autonómico estuvo marcado por las marchas, la ya conocida de Marzà, y las todavía pendientes. Por si acaso, "nos hemos abrazado un poco más de la cuenta", admitió Mónica Oltra en la rueda de prensa posterior.

La incógnita continúa sobre quiénes habrán vivido este viernes su último pleno y, sobre todo, quiénes les sucederán, aunque esas modificaciones que se prevén el fin de semana solo afectarán a la parte socialista. "Con el cambio del conseller Marzà por parte de lo que yo pueda representar en el Consell daría por cerrado cambios", expresó la vicepresidenta respecto a la cuota de Compromís.

Para el fin de semana se esperan los movimientos definitivos. Estos, según lo dicho por Oltra, no afectarán a las áreas de Compromís tras el cambio de titular en Educación. Así, Mireia Mollà, Rafael Climent y la propia vicepresidenta seguirán al frente de Agricultura, Economía y Políticas Inclusivas (a lo que se suma las continuidades en las dos carteras de Unides Podem: Rosa Pérez y Héctor Illueca) mientras que, más allá de Gabriela Bravo al frente de Justicia, en el PSPV el baile podría afectar a Sanidad, Hacienda, Innovación y Política Territorial, de una u otra manera. 

A quien seguro que tampoco afectará será la propia Oltra quien dijo sentirse "plenamente respaldada" no solo por su partido sino también por sus compañeros en el Consell. "No hay dudas, no hay incógnitas, del seno del Consell nadie me ha trasladado ninguna incógnita, están todas despejadas", explicó sobre su posible imputación ante la gestión de su departamento sobre los casos de abusos a una menor tutelada.

En este sentido, la portavoz del Consell dio por cerrada la remodelación sobre conselleries de Compromís y respecto a la polémica con la consellera de Justicia, Gabriela Bravo, que dijo que ella dimitiría en una situación en la que se comprometiera la institución, entiende que Bravo "se ha desdicho" y se da por "satisfecha", con lo que da por zanjada la crisis.

También rechazó que se sienta presionada tras el adiós de Marzà remitiéndose a sus palabras del miércoles por la tarde. Una de las interpretaciones de la dimisión del exconseller de Educación es la de obtener un mayor perfil orgánico como posible sustituto de Oltra de cara a una candidatura en 2023 en caso de que el desgaste de la vicepresidenta le obligue a dar un paso atrás, algo que, de momento, no contempla.

Y mientras la oposición señala los cambios del Consell como un fin de ciclo y una situación de inestabilidad, Oltra insistió en darles una pátina de "normalidad". "Esta última parte de la legislatura es la de la reconstrucción, es la de recuperarnos a nivel social, económico y anímico", fueron sus justificaciones de los cambios.

Sobre los tiempos y la diferencia de plazos entre la parte socialista y Compromís indicó que "cada uno tiene su ritmo", que los tiempos "han sido diferentes", pero que los cambios se harán "en un solo acto". En este sentido, expresó que la voluntad es que los cambios sean el sábado por la mañana.