El titular estaba claro. La mascarilla dejará de ser obligatoria en espacios abiertos a partir de este sábado, pero faltaba la letra pequeña, muy importante para interpretar el Real Decreto Ley que hoy aprobará el Consejo de Ministros. El anuncio lo lanzó el presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, generando «sorpresa» y «malestar» entre las comunidades dado que se planteó como una medida impuesta sin negociación ni consenso. Ayer la ministra de Sanidad, Carolina Darias, fue la encargada de calmar los ánimos durante el Consejo Interterritorial del Sistema de Salud e informar de los puntos concretos de la nueva normativa que no fue sometida a votación de las autonomías.

El documento que deroga el apartado de la ley 2/2021 de 29 de marzo que establecía la obligatoriedad de la mascarilla en exteriores, aunque hubiese distancia de seguridad, contempla que dejará de ser obligatoria al aire libre si se respeta el distanciamiento social, es decir, 1,5 metros, aunque recalca que siempre habrá que llevarla encima por si hay aglomeraciones o por si se accede a un transporte público o a un recinto cerrado, por ejemplo, un supermercado. 

 De igual modo, seguirá siendo obligatoria en eventos multitudinarios que se celebren de pie al aire libre y no lo será si los asistentes están sentados guardando la distancia de seguridad. 

Residencias

Asimismo, no la tendrán que llevar los ancianos en cuyas residencias el 80% tenga la pauta completa de vacunación, si bien los trabajadores que les atienden sí tendrán que llevarla y las personas que les visiten. Por tanto, el Ministerio apuesta por dar un paso más en la desescalada de estos centros, mientas las consellerias de Igualdad y Sanitat se resisten en la Comunitat a suavizar las restricciones en residencias.

«Todos los indicadores nos dicen que vamos en el camino adecuado y, con las altísimas tasas de vacunación es aconsejable que se empiece a introducir una flexibilización respecto al uso obligatorio de las mascarillas», aseguró ayer la ministra de Sanidad.

La eliminación de la obligatoriedad de llevar mascarilla será generalizada «con un criterio homogéneo», según afirmó la ministra, sin estar sujeta a otros indicadores, como la incidencia acumulada, y, por tanto, será igual en toda España sin distinciones. 

La Comunitat, sin margen para autorregularse

Así la flexibilización será en todos los espacios abiertos y no solo en playas y zonas naturales como pedía la Comunitat, que apostaba por seguir manteniéndola en la calle. Una postura que el Consell ha modulado, dado que no les queda margen de maniobra para autorregular la norma de acuerdo a sus peticiones. A este respecto, ayer el presidente de la Generalitat, Ximo Puig, señaló antes de la reunión entre el Ministerio de Sanidad y las comunidades autónomas que, si se mantienen las distancias, se puede retirar su uso en la vía pública, aunque pidió cautela y sentido común porque el virus «aún está presente». En este sentido, remarcó que las aglomeraciones pueden generar contagios.

De igual modo, el dirigente socialista apostó por una «progresiva apertura» sobre la utilización de las mascarillas en una norma que debe ser «flexible y reversible». «No se puede plantear una desaparición en absoluto de la mascarilla», apuntó.