Qué variante la ha provocado, si entró a través de una persona o de varias, cómo de rápido se expandió y a través de quién son algunas de las preguntas que está intentando contestar la Conselleria de Sanidad sobre el macrobrote que este este verano se ha registrado en la residencia DomusVi de Vila-real y que se ha saldado con 4 fallecidos por ahora tras infectar a más de 50 residentes. 

Este complejo es, de hecho, el último de los centros residenciales de mayores que ha tenido que ser intervenido por la administración valenciana por la gravedad del brote detectado en esta quinta ola de la que las residencias se han «salvado» parcialmente, al no sufrir al menos las mismas tasas de incidencia ni de letalidad que en la gran ola del pasado enero.

De esta forma, investigadores de la Fundación para el Fomento de la Investigación Sanitaria y Biomédica de la Comunitat Valenciana (Fisabio) están aplicando técnicas de secuenciación y de epidemiología genómica en las muestras de virus recogidas entre los contagiados en el centro para intentar dar respuesta a cómo se gestó el macrobrote que a finales de esta semana aún dejaba 10 usuarios positivos y cinco hospitalizados. Fuentes de la Conselleria de Sanidad confirman a este diario que el estudio se está llevando adelante aunque todavía no se dispone de las conclusiones. El equipo de investigadores buscará establecer la trazabilidad de los casos en el entorno del geriátrico gracias a la secuencia genética del virus de cada infectado.

A pequeña escala, será un estudio parecido al que el equipo del biólogo e investigador del Instituto de Biomedicina de Valencia, dependiente del Centro Superior de Investigaciones Científicas, IBV-CSIC, Iñaki Comas desplegó para el Gobierno central el año pasado a través del proyecto SeqCOVID.

Inmunidad tras la vacuna

Este informe concluyó, aplicando las mismas técnicas de epidemiología genómica, que la pandemia comenzó en España gracias a que varios focos de los 700 puntos de entrada que tuvo el virus en las primeras semanas de marzo «cuajaron» y su transmisión se vio favorecida por eventos de superdispersión como el partido Atalanta-Valencia CF jugado en Milán en febrero de 2020.

Para realizar el estudio en la DomusVi se han utilizado las muestras de virus que se han ido recogiendo de los internos que han dado positivo, más de cincuenta, y que ya iban a ser utilizadas en otro de los estudios en los que está trabajando Fisabio como parte del proyecto ProVaVac de eficacia de las vacunas.

En este caso se trata de un estudio secuenciado en varias fases que aspira a desentrañar el número de mayores en residencias que han conseguido inmunidad tras vacunarse. La primera parte de la investigación, llevada a cabo en abril, concluyó que de las 881 personas usuarias de geriátricos incluidas en la muestra, vinculadas a 13 centros y vacunadas con Pfizer, el 98,7 % estaban en ese estadio en una primera prueba rápida. Dos de cada tres pertenecientes al 1,3 % restante también mostraron tener inmunidad aunque en este caso celular, con anticuerpos linfocitos T específicos contra la proteína S.

Reevaluación

Estos resultados se obtuvieron a los tres meses de haber recibido la vacuna de término medio. Ahora, los investigadores de Fisabio están de nuevo recogiendo muestras para evaluar el estado de la inmunidad de los ancianos, siete meses después de haberse vacunado.

Las conclusiones no estarán hasta finales de mes, pero servirán para arrojar algo de luz en el debate que ahora está encima de la mesa sobre si es necesario o no poner una tercera edad a los mayores en residencias para completar la pauta de vacunación, como se va a hacer ahora con unos 10.000 valencianos con inmunodepresión severa.