Todos con Beth. Con una camiseta rosa, unos vaqueros y unos zapatos urbans a conjunto llegó Beth a Castellón, vía tren, para hacer frente a uno de los compromisos que dice que más le gustan: "El contacto con el público es lo más importante para cualquier artista". "¡¡¡Beth, Beth, Beth!!!", gritaban las más pequeñas. Sus voces se veían sofocadas por la música de su primer disco, Otra realidad, que sonaba a miles de decibelios en un Mediamarkt abarrotado como no se había visto en las presentaciones de los triunfitos de segunda generación.

Madres e hijas, padres e hijos, señoras mayores --las menos-- se acercaron ayer al híper para "ver de cerca a la española en Eurovisión", como dijo Candela, que a sus 61 años se puso "ropa fresquita y unas sandalias" para hacer frente al calor, tórrido a las 19 horas. "Beth es la mejor", decían al unísono Carmeta, Alba y Laia, tres peques que, a sus 10 años, habían dejado a sus madres en la cola para poder ver de cerca a su ídolo. Se sabían todas las canciones y llevaban, inscrito a boli, la frase que más coreaban: "Te queremos".

MULTITUDES ESPERANDO

La euforia era contenida entre los más pequeños, que se debatían entre la necesidad de verla en directo, de tocarla, de darle dos besos, con la vergüenza de no saber qué decirle. "Mami, no sé qué le voy a decir", decía Marta, que llevaba una camiseta con la cara y las rastas de Beth de colores. "La compré en el concierto de OT, dijo. "Es más guapa al natural", le comentaba una de las asistentes a la presentación del disco de la eurovisiva.

Antes de la presentación, Beth estuvo con los trabajadores de Mediamarkt, que la recibieron en loor de multitudes. Todos querían hacerse una foto, conseguir un autógrafo, decirle en directo cuánto les gustaba. "Beth, Castellón está loco con tu disco", señalaron desde la superficie comercial, que ayer vendió infinidad de ejemplares de Otra realidad.

"El Teatro Principal es muy bonito --dijo tímidamente Beth--. Es lo único de la ciudad que pude ver en mi anterior visita. Me llevan y me traen". "Quiero aprovechar el momento y las oportunidades, pero lo realmente necesario es trabajar, trabajar y trabajar", explicó la cantante de Súria. "Hay muchos cantantes que pagarían por un minuto de televisión y nosotros los hemos tenido a mares. Eso es muy positivo", aseguró.

A pesar de que sus fans se pelean y hacen colas y colas por el maná de un autógrafo, ella no es nada fetichista. "Jamás pedí autógrafos a nadie. Bueno, sí, a Carles Sabaté, de Sau, en una ocasión. Pero me gustaban mucho", dijo. La fama no le afecta. "Ya lo he superado. En un principio me costaba, pero ahora ya no me sobrepasa".

Con sus compañeros, bien. Con Danni Úbeda hará una gira conjunta de presentación de sus discos una vez termine la gira OT 1 + OT2 y se haya tomado un descanso. "Sólo unos días". "Me siento más apoyada, porque estamos todos en Barcelona y, excepto Joan Tena, todos los demás están muy lejos de sus casas, de sus familias y de sus amigos. En eso he tenido suerte", concluye. "Gracias a todos por todo".