Jonathan Varea, novillero de la Escuela Taurina de Castellón, dejó buena impresión ayer en la novillada de promoción que tuvo lugar en la Feria de Hogueras de Alicante. El fallo con los aceros le impidió pasear algún trofeo aunque dejó patente su buen corte como torero. El de Almassora se las vio con un lote nada fácil de Santiago Domecq, que sacó genio y picante en las faenas.

Con su primero destacó en buenos pasajes con la muleta y aunque se le nota todavía su bisoñez, algunas series tuvieron ajuste y gusto. Mostró disposición el torero y eso que el novillo sacó genio y no se entregó con nobleza. Una vez más la espada fue su asignatura pendiente, algo que tendrá que ir corrigiendo en este periodo de aprendizaje. Eso sí, el novillo tampoco se lo puso fácil a la hora de dejarse matar.

Se le vio mejor con su segundo, más relajado. Le puso temple y sabor a su obra, componiendo la figura con estilo y rematando con pases de pecho de pitón a rabo que tuvieron enjundia. Mató de una estocada después de dejar un pinchazo. La petición de oreja no fue mayoritaria y se tuvo que conformar con saludar tras una fuerte ovación. H