Mítico, irrepetible, legendario e histórico son algunos de los adjetivos que definen la figura de Paco Cano (Alicante, 18 diciembre del 1912). Canito sigue hoy a sus casi 102 años cubriendo gráficamente todas las ferias taurinas de España y del mundo. Todavía asombra verle por esos callejones de las plazas de toros con sus cámaras y su gorra blanca.

El fotógrafo abre las puertas de su casa de Valencia a Mediterráneo para hablar de su vida. “Ha sido una vida muy bonita y no me importaría volverla a vivir”.

Fue boxeador y torero y acabada la Guerra Civil Española comenzó sus pinitos en la fotografía. Los toros fueron la debilidad de su objetivo hasta el punto de llegar a realizar 300 fotografías por cada espectáculo taurino (unas 100 corridas al año). “He alternado con las máximas figuras del cine, de la política y de los toros y las miles de fotografías que guardo son testigo de ello” manifiesta satisfecho por haber compartido momentos con Ava Gardner, Hemingway, Orson Welles, Franco, Gary Cooper, Charlton Heston, Sofía Loren, Lola Flores, Manolo Caracol o Juanito Valderrama. El recuerdo más trascendental fue el de la muerte del torero Manolete, en Linares. “Me dieron un millón de pesetas por una foto”.

No faltan los recuerdos vividos en la plaza de toros de Castellón, donde nunca ha faltado a la feria de la Magdalena. “Castellón es como si fuera mi tierra” dice.

No piensa en retirase y sigue en activo por la afición que le nace y por las ganas de vivir. Un libro recoge lo esencial de su producción. H