En esta etapa en solitario de su carrera, su música se caracteriza por una búsqueda de la introspección sonora y un mayor peso de los textos en las canciones, «acercando las sonoridades del folk, el blues y el rock’roll a un universo personal más literario». Estado vital de Diego Vasallo, gurú que fue de Duncan Dhu, y que llega a Castellón por primera vez como solista.

El concierto tendrá lugar mañana en la sala de cámara del Auditori i Palau de Congressos castellonense (22.30 horas).

«Lejos queda aquel tiempo» de pop brillante, manifiesta Vasallo, centrado ahora en su «proyecto actual». «Tengo un buen recuerdo de esos años, pero uno evoluciona», justifica el artista, en referencia a unos cambios «que a veces son incontrolables, forman parte del destino», indica un cantante que desea que el público de Castellón «disfrute» en un formato reducido, muy íntimo.

Coleccionista de rechazos y desengaños, perfila nostalgias y un universo angustioso creativo con letras en las que se habla de corazones rotos, almas desoladas, mapas de ausencias y mundos de perdedores.

Lo acredita Baladas para un autorretrato (Subterfuge Records), un álbum donde asoman ecos fronterizos, brisa del este, alt country y más sones folclóricos. Su cielo esparce tristeza y él continúa asomándose a los abismos cotidianos, sigue entonando canciones en ruina. Un Diego Vasallo que opta ahora por una «música atemporal» porque quiere sentirse «libre», como sentencia al otro lado del hilo telefónico.

Trayectoria dilatada

Sin renegar de su pasado, el cantante, que fundó en 1984, junto a Mikel Erentxun y Juan Ramón Viles, la banda Duncan Dhu, con la que grabó nueve discos y realizó giras de conciertos tanto en España como en Europa y México durante más de veinte años, avanza en su perfil más profundo, un ámbito que le «da mucha libertad», indica ante su inminente cita en Castellón.