Con solo 22 años, en una «historia de superación y de amor propio por encima de cualquier romanticismo que aparezca», cuenta Noelia Salvador a la hora de definir su primer poemario que ve la luz, Cuando hilé m i sangre se anudaron los meñiques. «La rima guía al lector» sobre «como conseguí convertir toda la sangre perdida en combate en un hilo rojo», detalla la poetisa emergente.

Es un guiño «a la tradición japonesa del hilo rojo», la leyenda que afirma que «aquellos que estén unidos por el hilo rojo están destinados a convertirse en almas gemelas, y vivirán una historia importante, y no importa cuánto tiempo pase o las circunstancias que se encuentren en la vida, el hilo rojo puede enredarse, estirarse, tensarse o desgastarse… pero nunca romperse», explica Salvador.

Lleva escribiendo desde 2014, y la obra surge «en plena cuarentena» y, además como profesional sanitaria, Salvador habla también de «incertidumbre, sin saber, si tengo esa línea roja en lugar de sangre», concreta.