Con su humor fallero y su sarcasmo mediterráneo, Luis García Berlanga, cuando se cumple el centenario de su nacimiento, también estuvo muy vinculado a Castellón. Junto a la elección de Benicàssim y Peñíscola como escenario de algunas de sus más renombradas películas, como la poética y clarividente Calabuch, rodada en la ciudad papal en 1956, el cieneasta veraneó durante muchos años en Orpesa y visitó la capital de la Plana en numerosas ocasiones, bien para visitar a muchos de sus amigos aqui residentes y participar en conferencias y tertulias.

Y también para inaugurar un festival cinematográfico, visto y no visto, Una primavera de cine, de cine, que solo tuvo una edición, en el 2004. La primera de las películas que García Berlanga rodó en tierras castellonenses fue Novio a la vista, en 1954, rodada en 1954 y que tuvo como escenario principal el Hotel Voramar, una localización que después utilizaría el director para la serie de televisión Blasco Ibáñez en 1997.

Berlanga volvió a Peñíscola en 1998 para rodar París-Tombuctú, una surrealista producción protagonizada por el divo francés Michel Piccoli y la inefable Concha Velasco. Un rodaje que durante unos días llenó de ironía salvaje y frivolidad las calles del casco histórico peñíscolano, especialmente, cuando se grababan escenas subidas de tono.

Sensual, escatológico, amante de la diversión continúa, la presencia del director en cada una de sus comparecencias en la provincia era un torbellino de carcajadas y su villa en Orpesa se convertía en punto de encuentro de intelectuales y gente de la cultura del propio Castelló y también de València y de Madrid.

Películas como La vaquilla, El verdugo o Moros y cristianos reflejan que Berlanga retrató como nadie la sociedad española del XX, con un cine coral, de sátira y humor y desde la crítica a la realidad de la época.

Su cine es «reflejo de esa España triste y gris de la dictadura». Lllevó a la gran pantalla «las penalidades de la posguerra, pero siempre con una mirada compasiva , no exenta de ironía y esperpento». Gª Berlanga también es Castellón, una provincia berlanguiana (la palabra la admite la RAE), y se reía con el. H