Barcelona se acostó con el eco de los gritos del Camp Nou y con la sospecha de que algo pasaría, y cuando se despertó, todo seguía igual. La derrota ante el Valencia no ha provocado el más mínimo cambio salvo hundir al equipo un poco más en la tabla: es 10°, más cerca del descenso (5 puntos) que de la Champions (9). Gaspart y Van Gaal continúan en su sitio, aunque el técnico estuvo ayer tan escondido como durante el partido. La continuidad del holandés, que se ha quedado sin Hasselbaink, obedece exclusivamente a cuestiones económicas.

ENCERRADO EN EL DESPACHO

Como ocurrió el día del Sevilla (0-3), la larga reunión de madrugada que se celebró en las entrañas del Camp Nou con los mismos protagonistas que hace un mes no arrojó nada nuevo. Más de lo mismo. Van Gaal se resiste a presentar la dimisión y Gaspart no se atreve a destituirlo, una decisión que implicaría una indemnización (le quedan otros dos años de contrato) que rondaría los 6 millones de euros, 1.000 millones de pesetas. "Mi proyecto pasa por seguir confiando en el entrenador y los jugadores", aseguró ayer Gaspart a TV-3.

En esta situación, y apenas 12 horas después de que proclamara la necesidad de ir todos juntos --técnicos y jugadores-- para salir de la crisis, Van Gaal tuvo un gesto extraño e inédito. Mientras el equipo salía a entrenar, se quedó en su despacho. El holandés, como hace en los partidos cuando no sale del banquillo ni para dar instrucciones por temor a la reacción del Camp Nou, prefirió evitar las cámaras y las miradas indiscretas.

SUSTITUTO

Andries Jonker, uno de sus ayudantes, fue quien dirigió una sesión marcada por la tristeza y un ambiente de desolación. Varios jugadores desfilaron por el despacho en entrevistas individuales. "¿Por qué se ha quedado dentro? No lo sé, habrá hablado con los lesionados y con otros jugadores. Pero está muy preocupado por la situación", explicó Roberto Bonano.

Los jugadores también están desconcertados. Cuando salen del vestuario, dicen lo que tienen que decir. Diplomacia pura. Pero pese a que la plantilla quiera ocultarlo, existe una fractura. Dos veces, Gaspart les ha pedido que ejerzan de jueces de la crisis. Buscando la complicidad del equipo para echar al técnico holandés. Pero no ha logrado ese objetivo que el soci espera.