El 2003 entrará de pleno derecho en la historia del Villarreal como el mejor año del equipo. Desde que la entidad diera el salto definitivo a la élite del fútbol español, allá por la temporada 98/99 --con un único paréntesis en Segunda A, el de la 99/2000--, los números del Submarino no habían sido tan productivos como los de los últimos 12 meses.

Deportivamente, el Villarreal cierra el 2003 instalado en el grupo de cabeza de la competición española, en la quinta plaza y en números de Champions. Además, los de Floro iniciarán el 2004 con opciones en las otras dos competiciones en las que están inmersos: la Copa del Rey (en octavos de final) y la Copa de la UEFA (en dieciseisavos), competición a la que se accedió tras el brillante título de Intertoto.

EN LA ÉLITE INSTITUCIONAL Pero los éxitos del Villarreal en el 2003 no deben ceñirse únicamente a los meros resultados. A nivel institucional, el club también ha conseguido instalarse en el grupo de los grandes, aspiración culminada hace pocos días con la constitución del G-12, en el que el Villarreal comparte protagonismo con los Madrid, Bar§a, Deportivo, Valencia... y en cuya selecta junta directiva Roig comparte cartera con Lendoiro, Florentino Pérez y Joan Laporta.

El éxito de gestión del Villarreal también ha permitido que recalen en El Madrigal jugadores de primer nivel, con un protagonismo especial para la llegada de Riquelme. Anderson, Roger, Coloccini, José Mari... y Battaglia --aunque éste no debutará hasta el 2004-- completaron una lista de incorporaciones de lujo.

NOMBRE PROPIOS A nivel individual, tres nombres destacados. Anderson y Víctor se convirtieron en los máximos goleadores del equipo en el 2003, con nueve goles cada uno. Y Arruabarrena fue el insustituible para Floro. El lateral izquierdo argentino sólo se perdió dos del total de 52 partidos del Villarreal.