Una medalla olímpica no se puede comprar, pero vale dinero. La gloria, relativa únicamente a la satisfacción personal tras muchas horas de esfuerzos, también se ve recompensada en lo material. Es el regalo que conlleva subir al podio en unos Juegos Olímpicos.

El Comité Olímpico Español y el Consejo Superior de Deportes han optado por mantener las primas asignadas para los pasados Juegos (Sydney-00), eso sí, incrementando el IPC acumulado en estos cuatro años. Así, en deportes individuales, un oro se cotiza en España a a 75.000 euros (12.5 millones de pesetas), la plata a 40.000 euros (más de 6.6 millones) y el bronce, a 24.000 (casi cuatro millones). A una de ellas optaría la atleta del J´Hayber-Playas de Castellón Aliuska López.

Si las medallas se logran por parejas (podría ser éste el caso del castellonense Pablo Herrera, en voley playa), su coste es ligeramente inferior: 60.000 euros el oro; 30.000 la plata y 20.000 el bronce. Y si, por último, se trata de disciplinas colectivas (ahí entrarían el ciclista Salva Meliá y la gimnasta Marta Linares), la victoria se paga a 40.000 euros, la segunda plaza a 24.000 y el tercer cajón, a 15.000. A esta cantidad los deportistas podrán sumar (si suben al podio) la mejor de las becas ADO: 48.080 euros.

A su vez, los entrenadores también reciben su gratificación, aunque en función del deporte: desde los 22.500 euros por un oro en una modalidad de conjunto (balonmano, por ejemplo), hasta los 2.400 de un bronce individual (atletismo, judo...).

COMPARACIONES Las primas son inferiores en otras delegaciones. Así, la otrora poderosa Rusia ahora premia con tan sólo 41.000 euros el oro, con 24.600 la plata; y con 16.400 el bronce.

Y es que las 3.122 medallas que ha pedido la organización (986 de oro, otras tantas de plata y 1.150 de bronce) tienen un valor simbólico... y económico.