La historia se repite. El Villarreal volvió a casa con las manos vacías después de visitar el feudo blanco, que nunca ha conseguido asaltar. Sin embargo, estuvo más cerca que nunca y la decepción se hizo notar tras el encuentro en las palabras de los amarillos. El presidente, Fernando Roig, fue quizás el más contundente: "Habríamos podido sentenciar el partido en con el 0-2 y no lo hicimos". Y es que, en opinión del máximo mandatario, ante los merengues no hay que dejar margen: "A un equipo como el Real Madrid no lo puedes perdonar". "Me voy cabreado, aunque tranquilo porque hemos dado una buena imagen y hemos jugado mucho mejor que el Madrid", sentenció con rotundidad el presidente.

Similar sensación transmitió el consejero delegado José Manuel Llaneza: "Me voy disgustado, porque habríamos podido dar una alegría a la afición y asegurar los puestos europeos". "Hemos tenido la victoria al alcance de la mano, nunca lo tuvimos tan claro, aunque hay que continuar", aseguró el consejero delegado.

Por su parte, el técnico chileno, Manuel Pellegrini, hizo hincapié en la jugada que desinfló a los amarillos. "El equipo luchó con el 1-1, pero a partir del 2-1, fruto de una acción medio confusa, hasta el final del encuentro, ya no se jugó". Y remarcó algunos de los fallos que decidieron el marcador a favor merengue. "Al Real Madrid no se le juega a la tremenda. No sólo hay que merecer, hay que lograr, y eso es preocupante", aseguró. Y es que Pellegrini ya tenía la mirada puesta en los próximo choques: "No tenemos que perder más".