Han tenido que venir las actuaciones musicales de las fiestas patronales para que de nuevo desde fuera nos abran los ojos de lo que aquí podemos disfrutar. Primero fue Coti quien, orgulloso, lució la camiseta del Villarreal con su nombre sobre el 10 en la espalda y, emocionado, dedicó una canción a su ídolo Román. Anteanoche fueron los hermanos Muñoz. Sorprendido quedó David cuando en medio del memorable concierto desde el publico se les pedía la canción de Riquelme, aquella estrofa que cuando fichó por el Bar§a los Estopa le compusieron. No dudó en llamar a su hermano Jose y tocarla entera. Tan espontáneos como son los Estopa, resultó curioso como expresaron la envidia que nos tenían porque aquí podemos disfrutar con el argentino.

Esto no es nuevo. Con demasiada frecuencia no sabemos valorar lo que tenemos a nuestro alrededor y pecamos en desear lo que otros tienen. Y posiblemente lo mismo haya sucedido con Arzo, Cazorla y López Vallejo. Aún hoy, muchos no entendemos su salida, pero mención especial merece la de César. Esta tarde será la primera vez que en 1ª un futbolista nacido, formado y criado en Vila-real, juegue en El Madrigal con otro equipo. El único precedente data hace más de una década, en 2ª, con Estanis en el Castellón. Todos nos encontraremos raros, pero principalmente sus familiares. De todos es sabido su amarillismo de toda la vida, aunque hoy tirará más el hijo o el sobrino, aunque para ellos debe resultar reconfortante que por su marcha hayan tenido que ser dos los refuerzos que han llegado a su puesto.