El Villarreal está obligado a hacer borrón y cuenta nueva. No es fácil eliminar de un plumazo, en apenas tres días, la nefasta imagen que los amarillos dieron en su último fiasco de la temporada, la eliminación de la Copa del Rey. Pero habrá que intentarlo. Como hace una semana, antes de la visita a San Mamés, los hombres de Manuel Pellegrini deberán hacer de nuevo terapia de grupo para volver a ser un bloque mañana, en uno de los encuentros más complicados que cualquier equipo de la Liga de las Estrellas se puede encontrar en la actualidad. ¡Ojo! Llega el Sevilla. Llega el líder de Primera División.

Desde ayer, la plantilla del Villarreal está intentando mentalizarse para volver a ser ante el Sevilla el bloque sólido que se vio en Bilbao. Ante la evidente falta de calidad que en estos momentos azota al equipo de Pellegrini, la solidaridad entre todas las líneas del grupo es la clave a la que deben aferrarse los amarillos para intentar sacar con éxito la cita ante un Sevilla que llega eufórico, máxime cuando también se avista a corta distancia la visita de un Madrid que le tiene tomada la medida a El Madrigal.

Los jugadores lo tienen muy claro. "No sabemos por qué ante el Valladolid hubo un cambio tan radical con respecto al partido de San Mamés", se pregunta Sebastián Viera, héroe en San Mamés, que considera imprescindible "recuperar la intensidad y el nivel mostrados ante el Athletic".

Uno de los pesos pesados del vestuario amarillo, Arruabarrena, no estuvo el pasado domingo en San Mamés, pero también apela a lo visto ante los leones para hacer frente a la visita del líder. "En el fútbol nunca se sabe lo que puede ocurrir. Contra el Athletic nadie pensaba que íbamos a ganar y lo conseguimos, así que podemos vencer este sábado también", señaló el lateral zurdo.

Mientras los futbolistas solicitan la ayuda de la grada --como sucedió en la Copa-- para saldar con éxito los dos próximos partidos en casa, el equipo también deberá poner más de su parte para evitar entrar en otra crisis. Como en San Mamés, mantener la portería a cero será el primer paso para la recuperación. El segundo, acertar en las pocas opciones que en estos momentos son capaces de crear los amarillos. El espíritu de Bilbao debe volver.