La Fórmula 1 vuelve a bailar a ritmo de samba. Felipe Massa se colocó ayer por primera vez en su vida al frente del Mundial, tras liderar, por delante del finlandés Kimi Raikkonen, el doblete de Ferrari en el Gran Premio de Francia, en el que el español Fernando Alonso volvió a quedarse sin podio y solo pudo ser octavo.

Y es que desde el Gran Premio de Mónaco de 1993, el Mundial no tenía a un brasileño al frente de la clasificación de pilotos. El último que lo logró fue el legendario Ayrton Senna.

Massa se impuso en el circuito de Magny-Cours por delante de Raikkonen, que perdió el primer puesto por un problema en el escape mediada la carrera, y el italiano Jarno Trulli (Toyota), que no pisaba un podio desde el Gran Premio de España de 2005.

Raikkonen lideró con mano de hierro la carrera hasta que a partir de la vuelta 34 (70 en total) su coche comenzó a bajar drásticamente el rendimiento al soltarse un colector del escape, que acabó colgando. El finlandés pudo seguir en carrera, e incluso regresar a un ritmo adecuado, pero no pudo impedir que Massa lo superara sin remisión en la vuelta 38.

ALONSO, OCTAVO Fernando Alonso, que se marcó como objetivo estar en el podio en casa de Renault, fue octavo en una carrera en la que nunca tuvo opciones de alcanzar el cajón y en la que a dos vueltas del final fue superado incluso por su compañero de equipo, el brasileño Nelson Piquet, que sumó sus dos primeros puntos de la temporada.

El bicampeón español comenzó a perder sus opciones de podio en la arrancada, en la que no dio con el programa (mapa) adecuado para hacer una buena salida, lo que aprovecharon el italiano Jarno Trulli (Toyota) y el polaco Robert Kubica (BMW Sauber), hasta ayer líder del campeonato, para superarle antes de llegar a la primera curva. Antes de acabar la primera vuelta, el español recuperó al menos la plaza que le había arrebatado Kubica.

La lucha de Alonso por el podio acabó por fracasar en la decimoquinta vuelta de las 70 de que constó la prueba. El asturiano tuvo que hacer su primer repostaje mucho más pronto que sus rivales, lo que lo situó en una situación muy complicada para poder optar a algo más.

A partir de ahí, Alonso no pudo encontrar el ritmo de carrera que pensaba iba a tener tras su buen rendimiento en la sesión de clasificación. La enorme dosis de moral que vivió entre el viernes y el sábado devolvió ayer al español a la realidad de tener que seguir luchando por puntuar. Ayer hubo de conformarse con un solo punto, después de que en la penúltima vuelta le arrebatara uno más su compañero.