Un diez para el departamento de márketing del Villarreal que dirige Federico Alcácer y un cum laude para la valentía de Fernando Roig. La noticia de la medida para subvencionar, como si fuera un subsidio de desempleo a cargo de las arcas del club en lugar de a las del estado, la entrada gratis al fútbol de los abonados amarillos en paro dio ayer la vuelta al mundo. No la califico de original, porque entiendo que podría ser un tanto frívolo para una medida de choque encaminada a colaborar con los más necesitados, pero me atrevo a catalogarla como de muy valiente y que le puede costar, como mínimo, un millón de euros al Villarreal. Al final, el club es muy posible que consiga recuperarlos si los futbolistas y los técnicos colaboran, amén de las empresas y el propio presidente, pero hay que echarle bemoles a la cosa. Y les puedo asegurar que, sentado en un rincón de la sala de prensa del Madrigal, percibí cómo el mismo Roig se emocionaba cuando anunciaba su plan de choque, que al margen de darle una publicidad de ámbito mundial al Villarreal, sirve para ayudar a mucha gente que tiene en el fútbol una válvula de escape importante para sus problemas. Chapeau, señor Roig y chapeau para todo el equipo que trabaja en el club.

Por otra parte, estoy convencido de que hay Villarreal en 1ª para rato, porque ese, y no otro, es el primer objetivo cada año. Luego, una vez cubierto este, llegan los otros. Humildad y ambición cogidas de la mano. El Villarreal no tirará la casa por la ventana como hacen otros clubs mucho más endeudados y seguro que fichará bien y más barato. El mundo, como decía Roig ayer, es muy grande. El Villarreal sigue por delante en todo.