No es el Valencia Street Circuit un escenario demasiado propicio para Fernando Alonso, pero esta vez no le queda más remedio que conseguir un buen resultado, que pasa casi única y exclusivamente por el triunfo y/o un recorte sustancial de puntos a Sebastian Vettel, si él y Ferrari no quieren arrojar ya la toalla en este Mundial y empezar a pensar en el próximo, en desarrollar un coche que plante cara a los hoy por hoy inalcanzables Red Bull.

Con Sebastian Vettel cómodamente instalado al frente de la general (161 puntos), muy por delante del británico Jenson Button (McLaren, 101), del australiano compañero del alemán precoz Mark Webber (101) y del inglés suicida Lewis Hamilton (McLaren, 85), el asturiano únicamente ha obtenido 69 y viene del cero de la caótica carrera de Montreal (abandonó por un accidente), donde, pese a todo, el F150 pareció dar un paso al frente, aunque la estrategia de la Scuderia arruinó todas las opciones de Alonso.

‘match ball’ en contra // Una vez lamidas las heridas, Alonso y Ferrari deben de salvar otro match ball en contra. Pese al fiasco canadiense, el director deportivo de Ferrari, Stefano Domenicali, aún no daba el Mundial por perdido. Cree que, matemáticamente, el título aún es posible, aunque prefieren esperar al Gran Premio de Gran Bretaña (10 de julio) antes de tomar una decisión definitiva. Pero que duda cabe que otro mal resultado en Valencia precipitaría la decisión, que casi siempre ha estado a años luz de Red Bull en lo que llevamos de 2011.

“Ahora necesitamos sumar el máximo de puntos posible en Valencia”, apostillaba Domenicali que, recurriendo a un tópico, no hacía otra cosa que recalcar las urgencias de la escudería.

LOS PRECEDENTES // Por si el panorama no le fuera ya suficientemente adverso, Alonso tiene que enfrentarse a sí mismo en las calles de la capital del Túria, que registrará, por cuarta vez, la presencia de los bólidos de la F1.

El doble campeón del mundo ha obtenido resultados discretos en este trazado: un abandono, un sexto puesto y un octavo ha sido, por este orden, su bagaje. En el estreno de este Gran Premio de Europa (2008), el asturiano no pudo ni completar un giro, cuando su Renault, que salía 12º, fue embestido por el japonés Kazuki Nakajima. En 2009, otra vez con la marca gala, partió octavo y cruzó la meta dos puestos más arriba. El año pasado, ya con Ferrari, el prometedor cuarto puesto en la parrilla se tradujo en un octavo.

Esta vez, el público de Valencia, que volverá a acudir en masa (las previsiones hablan de alrededor de 80.000 aficionados, una cifra muy similar a la del 2010), espera que Fernando les ofrezca, por fin, un excelente resultado. H