¿Se imaginan a una estrella del Barça con la camiseta del Madrid en un programa de televisión, pisoteando la cabeza de un rival o peleado con la mitad de sus compañeros? Esas escenas se podrían haber producido si el verano del 2006 el club azulgrana hubiese dado un paso adelante para fichar a un delantero italiano de origen ghanés, tan bueno y goleador como polémico y peligroso. Mario Balotelli (Palermo, 12 de agosto de 1990), el goleador de Italia en la Eurocopa, la amenaza de España en la final de mañana, tiene también un pasado culé.

En junio del 2006, un chico negro con unas condiciones técnicas sorprendentes y un físico exuberante aún por desarrollar, apareció en el Camp Nou procedente de Italia. Balotelli estuvo a prueba cinco días en el Barça, en los que marcó ocho goles. “Entrenó con nosotros y jugó tres partidos en un torneo. Se le veía un chico tranquilo, hablaba poco pero era muy correcto”, recuerda Fran Sánchez, extécnico del cadete B del Barça, que trabaja ahora en las selecciones inferiores de Bahréin. Balotelli congenió muy bien con Thiago Alcántara, con quien entabló una rápida amistad. Aún mantienen el contacto. En aquel equipo también estaban Bartra, Montoya, Oriol Romeu, Cuenca y Cristian Tello, entre otros jóvenes talentos.

Ofertas de toda Europa // En aquellos tiempos, el Barça reinaba en el continente. El equipo de Rijkaard había doblegado al Arsenal en la final de la Champions y todos los jugadores veían en el Camp Nou un escaparate perfecto para explotar su fútbol, empezando por su cantera. Pero las cualidades de Balotelli no pasaron desapercibidas en otros grandes. Manchester United, Liverpool, Inter y Fiorentina también se interesaron por él. Los informes azulgranas eran buenos, pero el club lo descartó por un doble motivo: su elevado coste económico y el problema de la nacionalidad, ya que tuvo que esperar hasta los 18 años para solicitar la ciudadanía italiana. Su familia de acogida no lo había adoptado legalmente y la burocracia no perdona. Al final, el Inter arriesgó y pagó 800.000 euros al Lumezzane, un modesto club de la Serie C italiana.

Hasta llegar a la élite, Balotelli pasó por penurias que quizá explican su carácter excéntrico. El fornido delantero, que exhibió su tremenda musculatura tras batir a Neuer, sufrió una dura enfermedad que estuvo a punto de costarle la vida. Una malformación en los intestinos le llevó dos veces al quirófano en Palermo. El pequeño Mario pasó sus primeros meses entre agujas, llantos y angustia. Un día, sus padres ghaneses, Thomas y Rose, decidieron abandonar al niño, incapaces de asumir sus múltiples cuidados.

ABRAZO CON LA ‘MAMMA’ // Pero Mario Barwuah se rehizo y se fortaleció para siempre, al amparo de la familia Balotelli. Francesco y Silvia, una pareja de Brescia, adoptó al chico, al que dieron su apellido y cariño. Su querida madre no se perdió la exhibición de su hijo en las semifinales. El abrazo con Mario fue muy emotivo. “¡He esperado tanto este momento! Mi mamma tiene ya una cierta edad y ha venido hasta aquí. En la final estará también mi papá. Contra Alemania viví mi noche más feliz, pero la de España será aún mejor. Espero marcar cuatro goles, no dos”, dijo Balotelli.

Atrás desea dejar una carrera llena de escándalos, que nutre los vídeos de Youtube. En el Inter se las tuvo con Etoo y Mourinho, que fue incapaz de domesticarlo. Finalmente, se fue al City por 28 millones. En Inglaterra ha pisoteado cabezas, se ha peleado con compañeros, ha tenido líos en bares, hospitales... Se le ha visto fumando, con prostitutas, con pistolas de juguete... “Espero que cambie su mentalidad. Por él y por el bien del fútbol. Si lo hace, está al nivel de Messi o Cristiano”, dice Mancini, su técnico en el City. “Solo hay un chico mejor que yo. Se llama Messi”, proclama Balotelli, el amigo de Thiago. H