El miércoles de la pasada semana, Sánchez Arminio, López Nieto y Puentes Leira no tuvieron un buen día en la oficina. Y no es el primero. No tenían que arbitrar bajo presión, ni tomar decisiones en décimas de segundo. Era una tarea relativamente fácil, como designar a los árbitros adecuados para el partido estrella de la próxima jornada de la Liga Adelante, entre el Elche (líder) y el Villarreal. Y fracasaron rotundamente.

Retrocedamos. En la matinal del domingo del pasado 19 de febrero, en el Martínez Valero, había un partido grande: el Elche (5º) y el Celta (2º), separados por dos puntos. Allí viajó Jorge Valdés Aller, un leonés de 30 años, con la intención de arbitrar un partido. Igual había tenido que cambiar el turno con algún compañero de la Policía de La Bañeza. Jorge llevaba 10 escasos años en el arbitraje. Con 28 subió a 2ªA, y ahora le daban un toro de los buenos.

el ‘día de autos’ // Había arbitrado en el Martínez Valero en otra ocasión: perdió el Elche 1-3, curiosamente también ante el Celta, y expulsó a un jugador local, pero la cosa no pasó a mayores. Nada que ver con el tormentoso día de autos. Volvió a perder el equipo local ante el Celta, pero esta vez el partido degeneró en uno de los mayores escándalos que se recuerdan en la ciudad alicantina. El balance del Elche fue de siete amonestados y seis expulsados. De estos últimos, cuatro --Linares, Generelo, Flaño y Berenguer-- vieron la roja en el transcurso del partido. Al finalizar el mismo, la grada era un volcán, y en el césped todavía quedaba tela que cortar. Valdés expulso al segundo entrenador del Elche y, en el túnel de vestuarios, al fisioterapeuta por “venir hacia mi persona con intenciones de agredirme, cogiéndome por el brazo y zarandeándome, a la vez que profería toda clase de insultos y amenazas: Eres un hijo de puta, me cago en la puta madre que te parió, sinvergüenza”. Luego, amplió el atestado añadiendo que durante la segunda parte aficionados locales lanzaron naranjas y mecheros. Aún tuvo espacio para reflejar deficiencias en la sala antidoping.

PERSONA ‘NON GRATA’ // Elche, ciudad y club, fueron un clamor: Manifestaciones, comunicados, 7.000 cartulinas rojas en el siguiente partido protestando contra lo que se consideraba una persecución. Al día siguiente, el presidente del Elche habló con Sánchez Arminio rogándole que Valdés Aller no volviera a dirigir nunca más al equipo ilicitano “para evitar otro escándalo de proporciones incalculables”. No le hizo demasiado caso.

El próximo domingo vuelve un partido grande al Martínez Valero, un Elche-Villarreal, y a Victoriano, Antonio Jesús y Evaristo no se les ha ocurrido mejor idea que hacer regresar a Elche a Valdés Aller, al que han puesto en una difícil situación. Si perjudica al Elche, arderá Troya y crecerá la teoría de la conspiración. Si perjudica al Villarreal, desde el prisma amarillo se dirá que lo del leonés era cargo de conciencia e intentaba congraciarse con los alicantinos. Quedar bien con los dos es una utopía. H