Joaquim 'Purito' Rodríguez, escalador explosivo, ciclista inconformista, aliado a la ofensiva y enemigo del tedio, ha triunfado esta tarde en la cima del Naranco, sobre los tejados de Oviedo. El corredor catalán no se podía despedir de la Vuelta, al margen de lo que ocurra mañana en el Angliru, sin una victoria de etapa, la tercera de su equipo (las dos anteriores son de Dani Moreno), las únicas que han conquistado ciclistas locales, en una ronda española que domina un corredor de casi 42 años, Chris Horner, fuerte día sí y día también, que ha desplazado a un Vincenzo Nibali, demasiado cansado, quizás incluso para mantenerse en el podio de Madrid, de la primera posición de la general.

Purito aprovechó los dos últimos kilómetros de la subida al Naranco para lanzar un ataque letal, seco, de los suyos. Nadie pudo responder. Alejandro Valverde ansiaba la victoria, en un puerto idóneo para él. Pero el catalán lo sorprendió.Valverde llegó con Horner y Nibali. Lo hizo 6 segundos más tarde; un suspiro, posiblemente, pero suficiente para que perdiera el jersey rojo y para que los interrogantes sobre su respuesta, mañana en el Angliru, aumentaran de tamaño.

Ganó Purito. Solo uno, entre los que pelean por la general, había triunfado hasta ahora y por partida doble: Horner, a quien le ha gustado lo que le han contado sobre el Angliru, puerto que desconoce, la sentencia de la Vuelta, tal como quería la organización, la emoción hasta el penúltimo día. Mañana es el turno del que se considera como el puerto más complicado para subir en bici. Más que el Mortirolo y que cualquiera de las cimas legendarias del Tour.