Cualquier precaución es poca cuando hay vidas en juego

Vaya por delante que no soy runner ni especialista en enfermedades cardiovasculares. Admiro a quienes son capaces de correr durante kilómetros y kilómetros, como admiro a quien es capaz de cursar unos estudios de Medicina, porque tanto una cosa como otra son irrealizables por quien suscribe estas líneas.

Sin embargo, como cualquier periodista que se precie, soy curioso y me gusta escuchar. Ayer, después de la ingrata sorpresa de los dos fallecimientos en el Maratón Vía Verde Ojos Negros pude profundizar más en el tema y me sorprendió que desde la propia organización pidieran más controles sanitarios.

Los cardiólogos aseguran que muertes como las de Paco Amat en Caudiel y Juan Antonio Barros en Segorbe pueden ser evitables si se toman las medidas necesarias y me pregunto cómo es posible que no se hayan tomado ya.

En pleno siglo XXI no me entra en la cabeza que no se tomen una serie de precauciones que podrían salvar algo tan preciado como la vida.

Es obvio que hay un boom en el mundo del running. Proliferan las carreras populares de cualquier distancia imaginable, las rutas de los colesteroles, las tiendas de geles energéticos, de zapatillas ultra ligeras y ultra caras... Sin embargo, según reconocen los propios organizadores de estas pruebas, se debería exigir “certificados médicos” como aparece en el Tema del Día de este periódico. Y yo me pregunto, señores, ¿a qué están esperando para exigirlos? ¿Tienen que repetirse más tragedias como la de ayer? H