Pocas veces un triunfo tan amplio deja un poso turbio como el 4-1 del Castellón sobre el Benigànim, que dejó a Kiko Ramírez un tanto descolocado. El entrenador tarraconense fue especialmente incisivo desde su primera declaración. “Lo que yo pretendo es que el equipo sea intenso en la actitud, que juegue bien y que salga a ganar... solo se ha cumplido esto último”, reseñó.

Ramírez dio su punto de vista de cómo a los suyos, pese al madrugador 1-0, les costó tanto hacerse con el partido en una primera parte poco satisfactoria. “Esto es Castellón: la gente es exigente y los futbolistas lo saben. Cuando marcas pronto, el público quiere ver más goles, avasallar al rival… Entonces, al equipo le entra el miedo: han pasado cosas que, de haber tenido enfrente a un rival que nos hubiese puesto contra las cuerdas, el partido habría sido otro”, analizó a fondo.

Por todo ello, el catalán exhibió cierta resignación. “He perdido una batalla con los jugadores. Debo conseguir que el equipo salga siempre en plan play-off. Si esa barrera no la rompemos ahora…”, reseñó Ramírez.

Pero todo no eran críticas. Paradójicamente, sus mayores elogios fueron para dos jóvenes, de Onda ambos: “Estoy muy contento con Carlos [López]: no se ha puesto nervioso, sino todo lo contrario, es el jugador que más criterio ha puesto”, dijo del mediocentro. “Luismi ha transmitido la intensidad que quiere su entrenador”, comentó del lateral derecho.

DEBERES // El tarraconense se puso deberes: “Tengo trabajo. No es lo mismo una primera fase de la temporada que ahora; no solo le pasa al Castellón: a todos les cuesta ganar cuando quedan pocos puntos en juego”. “El equipo tiene que mutar y controlar otros aspectos. Tenemos que mejorar, porque viene lo más difícil”, destacó. Para eso, las rotaciones. “Estamos dando descanso a los que llevan mucho desgaste, aunque luego están los estados de forma. Así que, cuanto más gente tire del carro, mejor”, concluyó. H