El Barcelona, con el título en la cabeza

A estas alturas de la Liga, todo depende más de la cabeza que de las piernas. Y más cuando un título anda en juego. “Sin duda, la clave de todo es la mente”, afirmó Luis Enrique, que hoy cumple 46 años y que no podría tener mejor regalo de cumpleaños que una nueva Liga, su segunda consecutiva y la sexta del Barcelona en ocho años, una evidencia más de que la hegemonía azulgrana se mantiene con fuerza por más que la distancia con los rivales directos en el terreno de juego se haya acortado últimamente.

Así que el Barça encara ante el Espanyol en el Camp Nou la primera opción de proclamarse campeón, una posibilidad remota porque pasa por ganar al rival perico y por que el Atlético de Madrid pierda ante el Levante y el Real Madrid no pase del empate frente en su feudo ante el Valencia. Una combinación posible pero poco probable, aunque el técnico azulgrana tampoco la descarta del todo. “Por supuesto que hay alguna posibilidad, ¿por qué no?”, deslizó Luis Enrique, que añadió otra verdad incuestionable: “Solo podemos ser nosotros campeones en esta jornada. En la siguiente, ya se verá”.

La siguiente será en Granada, pero el que hoy está delante es un Espanyol que llega aliviado tras el último triunfo ante el Sevilla pero que sigue levantando resquemores entre los culés por el agrio recuerdo de los enfrentamientos de esta temporada, tanto el de Liga como los dos de Copa, marcados por la dureza y el cruce de declaraciones y desafíos.

RECUERDO ‘TAMUDAZO’ // Un pulso latente que llega aderezado, en esta ocasión, por el recuerdo del tamudazo. De aquello hace ya nueve años, pero nadie en el Camp Nou lo ha olvidado. Bueno, nadie sí. “¿El tamudazo? No recuerdo nada de lo que sucedió hace cuatro semanas... No sé cuándo fue eso ni me interesa nada”, afirmó el asturiano, centrado solo en lo que depende del Barça.

“Es un reto muy atractivo, es nuestro último partido en casa y queremos ir a por él”, avanzó Luis Enrique, preocupado porque delante hay un equipo “que se encuentra cómodo defendiendo y sale muy bien al contragolpe”. H