En Mestalla tendrán que ir pensando en renovar sus cánticos. Eso de «Villarreal, equipo filial», más que ofender, provoca ya la carcajada entre los groguets desplazados a la capital del Turia. En cinco de las 10 últimas temporadas, los amarillos han terminado por encima de sus vecinos en Liga. No está mal para ser un filial…

Como pasó el año pasado, el Villarreal confirmó en Valencia, frente a un club sin identidad ni rumbo, que el trabajo y el sentido común dan sus frutos. Mucha faena tiene por delante Marcelino, aunque ese no es nuestro cantar.

Nosotros a lo nuestro, que diría aquel. Y lo nuestro es que el Villarreal jugará otra vez en Europa. Lo hace por la puerta grande, con todo lo que supone deportiva y económicamente concluir quinto. Me contaba ayer Néstor Meseguer, conocido aficionado amarillo, que abandonaba Mestalla con los ojos empañados en lágrimas, que había que celebrar volver a estar en Europa. Cada cual celebra lo que quiere, pero es que para quien suscribe el bueno de Néstor tiene toda la razón.

Siendo innegociable seguir en Primera, que el Villarreal acabe entre los seis mejores equipos de España es algo a destacar, aplaudir y elogiar. Que la costumbre (con la próxima serán 12 las participaciones en competición continental) no reste ni un ápice de mérito a todo lo que está consiguiendo un equipo que sin ser filial de nadie, sí tiene la humildad y ambición necesarias para superarse año tras año. Así que enhorabuena y endavant.