Al CD Castellón se le ha olvidado ganar. Al menos al de esta temporada. Cinco pírricas victorias en 32 partidos es un bagaje muy pobre para un equipo que aspiraba a cotas mayores en su regreso a la Segunda División B. La empatitis aguda que sufren los orelluts es más que preocupante. Ayer, ante el Olot (1-1), sumaron la 18ª igualada del campeonato, es decir, casi una vuelta entera firmando tablas.

Una cifras por ahora insuficientes y que le mantienen una semana más en zona de descenso, a un punto del play-out, y que tras lo visto ante los gerundenses, el juego y el resultado de ayer deben servir para que los componentes de plantilla y cuerpo técnico reflexionen, ya que siendo un equipo tan vulgar con el balón y, además, tan errático de cara al marco rival -porque el Castellón gozó de las mejores ocasiones- no se podrá, salvo milagro, mantener en la categoría de bronce.

Cano planteó un partido para que el Olot no tuviera la pelota, su mayor virtud. En la primera mitad lo consiguió a medias, porque si bien no logró que los catalanes gozaran de ocasiones, los rojillos sí que dominaron el esférico y llevaron el peso del juego… aunque el único conjunto que dispuso de oportunidades de gol fue el orellut.

El técnico granadino volvió a la defensa de cinco, con tres centrales, siendo Regalón y el mediocentro Castells las novedades en el eje de la zaga, con Óscar Fernández en el carril diestro y Eneko Satrústegui en el zurdo.

También sacrificó la clarividencia de Caballero en el centro del campo, ya que además de Rubén Díaz, acompañó a Rafa Gálvez el talentoso pero intermitente Rubén Ramos. Con Cubillas y César Díaz, el mejor y el que más ganas le pone, en la delantera.

Pero a este Castellón le cuesta mucho tanto generar como jugar a fútbol. No tiene patrón de juego. De hecho, el Olot le dio un baño táctico al conjunto albinegro, dedicándose a amasar el esférico, a triangular y a convertirse en el amo y señor del partido.

Un primer acto en el que los castellonenses esperaban demasiado atrás, resguardados con hasta seis futbolistas -la defensa más Rafa Gálvez-, en busca del robo y el desplazamiento en largo en paralelo o diagonal.

Y en eso sí que estuvo acertado el Castellón, ya que el equipo de Cano fue el único que gozó de ocasiones, gracias en parte a la movilidad de César Díaz.

PUNTERÍA DESVIADA / Hasta la media hora, un remate de David Cubillas y un tiro cruzado de Óscar Fernández fue lo poco ofensivo que dio el partido, que entró en una fase de letargo, con el Olot sobando el balón, hasta que en los últimos cinco minutos César Díaz pudo llevar la ventaja al marcador, en especial con un acrobático remate que rozó el poste, mientras que su posterior remate de cabeza fue cómodo para el meta Xavi Ginard.

Con la incertidumbre de las tablas en el marcador y el poco bagaje futbolístico albinegro se llegaba al descanso, reinando el pesimismo en el estadio Castalia.

SUBIDÓN… Y BAJÓN / Nadie podía presagiar lo que iban a deparar los primeros seis minutos de la reanudación. Nada más sacarse de centro, tras varios pases, Óscar Fernández mandaba un globo, un balón largo al área visitante, donde su meta Ginard calculó mal y César Díaz, el más listo de la clase, se adelantaba para cabecear y establecer el 1-0 (min. 46). El panorama cambiaba.

Pero no. Fue un mero espejismo, y el Olot volvió a tener el balón y en esta ocasión con profundidad. Solo cinco minutos le duró la ventaja al Castellón.

Hasta que el equipo gerundense sacó un esférico desde su área y, a base de triangulaciones, le llegó a pies del talentoso Eloi Amagat, que sirvió un pase entre líneas que dejó solo a Alfredo, que fusilaba a Álvaro Campos, ubicando el 1-1 (min. 51) en el luminoso. Otra vez tocaba remar.

Y el Castellón lo hizo. Sin fútbol, sin ideas, sin saber a qué debía jugar… pero lo intentó a base de pelotazos, arreones y coraje.

Fue a partir de la media hora final, desde que entró Caballero para darle algo de sentido al juego, cuando los albinegros gozaron de hasta cuatro ocasiones para ganar, las más claras de Cubillas, Óscar Fernández y en especial una del citado Caballero, que a puerta vacía tras fallo en la salida de balón rival remató demasiado flojo y Blázquez salvó en la línea.

Incluso Satrústegui tuvo una muy clara en el 90, pero al regatear a pierna cambiada no conectó con potencia con la derecha.

Al final, agua. Otro empate… y van 18 para un Castellón que se ha olvidado de ganar y al que le cuesta mucho sacar los partidos adelante. A partir de ahora, a poner toda la carne en el asador en los cinco duelos directos que le vienen en las seis últimas jornadas que restan para finalizar el campeonato liguero. Y rezar.