El Levante, que el jueves recibirá al Betis, está condenado a sufrir. Como sufrió ayer para rescatar un punto ante el Espanyol cuando más complicado lo tenía. Jugando los últimos minutos con 10 por la expulsión de Rochina, los granota se llenaron de valor y pusieron contra las cuerdas a los pericos en un partido frenético en el que los catalanes se dejaron remontar por dos veces, aunque Borja Iglesias disparó al palo en el minuto 86.