El fútbol cambia su esencia en su 'nueva normalidad'

El fútbol ha perdido, en parte, su esencia y se ha enmascarado. La crisis sanitaria internacional provocada por el coronavirus ha cambiado el mundo y el deporte no ha escapado a esta nueva realidad. Las mascarillas higiénicas, quirúrgicas, personalizadas o solidarias como las que lucieron la plantilla y cuerpo técnico del Villarreal CF ayer en el campo de Balaídos ya forman parte del día a día, y el gel hidroalcohólico con el que constantemente hay que lavarse las manos u otros productos con los que desinfectan los balones ya no son ajenos.

Pero lo que sí hace enmudecer a cualquiera es el silencio sepulcral de los estadios. Sin público en la grada, los aficionados vuelven a los bares para seguir la jornada con amigos, intentando mantener la distancia de seguridad, escuchando las narraciones de los pocos medios de comunicación acreditados en los campos de fútbol e, incluso, las indicaciones que dan los jugadores en el terreno de juego o las que llegan desde el propio banquillo.

Ahora hay pausas para la hidratación y se pueden hacer hasta cinco cambios porque la normativa ha cambiado... Igual que la de no permitir la presencia de aficionados hasta que todo esto pase y el virus desaparezca definitivamente. Pero siempre habrá un recuerdo muy especial en forma de minuto de silencio para las miles de víctimas del covid-19 y un aplauso solidario en el minuto 20 para todos aquellos héroes que están trabajando en primera línea desde hace meses.