El Villarreal acabó el partido con la sensación de que le había prestado un punto al Real Madrid y dejado de sumar dos. Tardó demasiado en perderle el respeto a una de las peores, sino la mas débil, versiones del conjunto merengue en todas sus visitas a Vila-real. El campeón de Liga vivió de rentas del gol de Mariano a los dos minutos de partido y no inquietó mas a Asenjo. Ni una aproximación de peligro.

La Big Data ha llegado al fútbol para quedarse. Desnuda situaciones que el ojo no ve y nos descubre realidades que en ocasiones uno interpreta como imaginarias cuando se las cuenta y ha visto un partido de fútbol. Son cifras y luego hay que traducirlas al lenguaje del mundo del fútbol. Pero en ocasiones, los números responden fielmente a lo que el espectador ha percibido y sentido, en este mundo del covid, desgraciadamente solo desde la televisión.

Si ya de por sí es triste y desolador recibir al Real Madrid con las gradas vacías, sin el aroma del café o la cerveza previa al choque, con las calles llenas de aficionados con sus camisetas y sus bufandas, con el silencio sepulcral impropio de un día de fútbol, los primeros 45 minutos estuvieron en consonancia con ese (no) espectáculo que tan estrechamente relacionado con este deporte se halla.

La primera parte concluyó con cero remates entre los tres palos del Submarino y uno (que acabó en gol) del Real Madrid. Cien por cien de efectividad del campeón de Liga. Cero paradas de los dos porteros. Solo el VAR animó una tarde gélida en lo meteorológico y en lo futbolístico. El gol de Mariano al minuto y 45 segundos tenía mucho de interpretable, pero la opinión del árbitro se decantó en contra de los amarillos.

UN GOL INTERPRETABLE / Lucas Vázquez están en posición ilegal cuando Carvajal intenta pasarle el balón, pero Pedraza intercepta el balón y vuelve al lateral merengue, cuyo centro es rematado a la red por Mariano, cuando previamente el asistente había levantado la bandera. El trencilla interpretó que Lucas no intervenía en la acción el Madrid marcó en su única ocasión del primer tiempo.

¿Fútbol? Nada. Un recital de posesión de balón sin intencionalidad alguna y sin llegadas de peligro. El Real Madrid tuvo mas el balón, pero Asenjo vivió plácido durante toda la primera parte. El Villarreal salió encogido y profesó demasiado respecto ante un rival que llegaba con sensibles bajas como las de Sergio Ramos, Benzema o Casemiro. El equipo de Emerey no estuvo ni bien ni mal. Solo insípido. Serio, atento a no perder la compostura táctica, fijando bien al rival, pero dejándole respirar tranquilamente con ese 0-1 a favor desde el primer momento.

POCA INSPIRACIÓN DEL VILLARREAL / El concepto y la línea de juego era la habitual, pero delante estaba el Madrid, aunque en horas bajas y transmitiendo sensaciones de equipo grande venido a menos, pero aún con todo, con grandes jugadores. El Villarreal jugaba falto de inspiración y con pocas ganas de arriesga. La primera parte concluyó con un 46% de posesión para los amarillos. El dato bueno para Emery era que Asenjo había efectuado cero paradas. El malo, que sus jugadores no habían logrado tirar a puerta entre palos ni una vez. El Villarreal necesitaba mucho mas para no acabar con una victoria honrosa por 0-1 ante el Madrid. Solo una asistencia de Trigueros a Gerard, quien cruzó demasiado el balón, avisó de que el Villarreal estaba vivo. Pero poco mas. Hasta que Emery tuvo que reaccionar y ordenó un triple cambio con media hora por delante. Al campo salieron precisamente tres jugadores con velocidad y desborde: Chukwueze, Estupiñán y Yeremi. Y el Villarreal puso la quinta. Mas velocidad y llegadas al área de Courtois.

El Real Madrid empezaba a sufrir y se conformaba con intentar frenar las oleadas de jugadores amarillos que le llegaban por ambos costados. Por bandas y por dentro, el Villarreal desbordaba constantemente.

Un pase de Estupiñán, sirvió un balón de oro a Chukwueze en profundidad y Courtois solo pudo pararle llevándose por delante al nigeriano. Gerard Moreno empataba de penalti. Quedaba un cuarto de hora y el partido transmitía mas sensaciones de victoria amarilla que del campeón.

La más clara la tuvo Kubo en el descuento. El Submarino dejó pasar una gran ocasión, pero lo importante es que el Villarreal sigue dejando sensaciones de gran equipo, unas veces con más y otras con menos acierto, pero siempre siendo un bloque competitivo.