En el fútbol actual, empatar se aproxima mucho más a perder que a ganar. Bien lo sabe el Villarreal, que solo ha perdido dos partidos en lo que va de Liga, pero observa cómo sumar de uno en uno no es suficiente para, en la pelea en las alturas, asomar en los puestos de Champions. El Submarino es el equipo de las grandes Ligas europeas que más tablas acumula. En concreto, tras 22 jornadas del campeonato, firma doce empates que lastran su vuelo en la tabla.

Cuatro de ellos, además, consecutivos. Y tres de estos últimos, después de ponerse en ventaja. El Villarreal manda en la clasificación de empates de la Liga, dos por delante de los diez del Huesca, y tres de los nueve de Valencia, Levante o Elche. La del Submarino es una anomalía en el continente, donde acaparar empates es sinónimo de pelear en la zona baja. Así ocurre en las otras grandes Ligas europeas. Tanto el Brighton como el Nantes y el Torino, con diez empates cada uno, lideran los empates, pero penan en la clasificación. El caso del Villarreal se asemeja al del Eintracht, cuarto en la Bundesliga con nueve empates.

Que el Villarreal esté peleando la Champions con tanto empate habla de la regularidad de los de Unai Emery. Sin embargo, que sea quinto habiendo perdido únicamente dos partidos, indica carencias resolutivas importantes. Emery se refirió a la falta de contundencia en acciones determinadas de los últimos minutos para explicar el penúltimo empate liguero, contra la Real, en el contexto similar de la eliminación contra el Levante.

La gestión de las ventajas (del 0-2 al 2-2 en Elche), el cansancio por la plaga de bajas y el descenso de efectividad goleadora cuando no está Gerard Moreno se añaden a las causas.

Todo esto tiene su reflejo clasificatorio. La racha habla de cuatro partidos de Liga sin ganar, circunstancia que no se producía desde hace más de un año. Tras golear al Celta a domicilio, los de Emery coleccionan empates --Granada en casa (2-2), en Huesca (0-0), contra la Real Sociedad en La Cerámica (1-1) y el sábado en Elche (2-2)-. La última vez que estuvo tanto tiempo sin ganar fue a mitad del pasado campeonato, cuando fueron seis las jornadas en las que no obtuvo la victoria, con dos empates y cuatro derrotas.

Falta de contundencia en momentos puntuales

Lo señaló Unai Emery tras la eliminación copera con una transición en el tiempo de descuento. El entrenador del Villarreal apeló a la «competitividad dentro de la nobleza» para haber detenido ese avance del rival y evitar el gol en contra, y lo hizo recordando el gol de la Real Sociedad en La Cerámica, donde faltó contundencia en un balón colgado al área. Ahí, igual que en el primero de los goles del Elche el sábado, apareció en la fotografía del gol el central Raúl Albiol, superado en el salto por Carlos Fernández contra la Real, y por Guido Carrillo contra el Elche, en un aspecto de su juego, el aéreo, donde se suele imponer a la mayoría de rivales. El Villarreal, además, está pagando muy caro pequeñas desatenciones defensivas en momentos puntuales.

Goles a última hora y gestión insuficiente de la ventaja

El sábado en el campo del Elche, el Villarreal se fue al descanso con dos goles de ventaja. No solo eso, desperdició incluso alguna clara ocasión para ampliar la renta y dejar sentenciado el encuentro. Sin embargo, el Submarino terminó empatando. Ha sido el caso más llamativo de una mala gestión de la ventaja, pero no el único. En tres de los últimos cuatro empates ligueros, el Villarreal anduvo en ventaja en el marcador en la recta final del encuentro. Así ocurrió contra la Real Sociedad, que empató en el tiempo de prolongación, y poco antes contra el Granada, que igualó a un cuarto de hora del pitido final del colegiado. Puntos que parecían ganados y se pierden en el limbo, y tienen después su reflejo en la tabla clasificatoria.

Las lesiones reducen recursos y agravan el cansancio global

Al Villarreal se le ha juntado la exigencia de doblar competición (al ir pasando rondas en Copa del Rey) con un cúmulo de lesiones importantes. Este hecho ha forzado al entrenador a no dosificar lo que quisiera a algunos futbolistas y, en varios partidos, los recursos a su disposición han menguado. Unai Emery ha compensado esta falta de efectivos -que ha dañado a todas las líneas- dando carrete a jugadores del filial, y ha encontrado comodines en la plantilla como el argentino Juan Foyth, que ha tapado ausencias tanto en el lateral derecho como en el mediocentro. En todo caso, la acumulación de minutos ha hecho mella en algunos jugadores, visiblemente cansados en el tramo final de partidos tan exigentes como los de la competición copera.

Más partidos empatados que ganados como local

El Submarino ha empatado más de la mitad de los partidos que ha disputado en el estadio de La Cerámica. En concreto son seis en las once jornadas que ha actuado como local. El rendimiento ha sido cambiante. Tras iniciar la Liga con un empate en casa contra el Huesca, el equipo de Emery encadenó cuatro triunfos en La Cerámica, que parecía convertirse en un auténtico fortín. Pero tras tumbar a Eibar, Alavés, Valencia y Valladolid, la tónica viró y el empate se hizo habitual. En cinco de los siguientes seis, el Villarreal tuvo que conformarse con el empate (Madrid, Elche, Athletic, Granada y Real Sociedad), y únicamente fue capaz de ganar al Levante.

La aportación de Alcácer debe crecer con o sin Gerard

Si en el área propia ha faltado en algunos momentos contundencia defensiva, tampoco ha sabido el Villarreal abrochar, en el área ajena, la victoria en partidos donde tenía la ventaja. El equipo ha acusado la ausencia de Gerard Moreno, el delantero más determinante del fútbol español, y espera una mayor aportación de Paco Alcácer, con o sin Gerard. El delantero valenciano ha anotado cinco goles en lo que va de Liga, pero no marca, con una lesión entre medias, desde principios de noviembre. El Villarreal necesita que Paco Alcácer recupere el olfato goleador. Como indicó Unai Emery tras el último empate, «no podemos depender de un solo jugador», en referencia a la influencia de Gerard Moreno en el rendimiento del Submarino esta temporada.