Durante esta temporada, el albinegrismo evoca a menudo al curso 2005/06, desde el que se trazan fácil los paralelismos. Como ahora, el CD Castellón era un recién ascendido a Segunda, tras una larga travesía fuera del fútbol profesional, y penó durante buena parte del campeonato en los puestos de descenso. Como ahora, cambió de entrenador, se reforzó fichando veteranía en invierno y llegó a la primavera inmerso en una agónica lucha por la permanencia. Como mañana, el equipo orellut vivió un partido fundamental en el Carlos Belmonte, contra el Albacete, con algo más que tres puntos en juego.

Esta vez, sin embargo, lo tendrá que hacer sin público. La afición del Castellón ha sido un factor diferencial en varios momentos de la historia del club. Uno de ellos fue aquella primavera del 2006, con una movilización multitudinaria. Uno de los desplazamientos más recordados se produjo al Carlos Belmonte de Albacete, donde el equipo, entonces entrenado por Pepe Moré, arañó un valioso empate. Los albinegros llegaban a la cita espoleados por la reacción de las últimas jornadas, acumulando victorias que validaron el 1-1 final, con gol de Zamora en la segunda parte. 

En aquella ocasión, alrededor de 2.500 aficionados arroparon al Castellón en las gradas. Un par de semanas antes, una cifra similar acompañó al equipo de Moré en Elche. En lo que va de siglo, ese registro solo se ha superado dos veces, con 3.000 espectadores. Primero en la fatídica liguilla de ascenso a Segunda en 2003, en Murcia contra el Ciudad en la Condomina; y durante la última temporada en Tercera, en otro masivo desplazamiento al campo del Levante, donde el Castellón se enfrentó al filial granota. Un apoyo diferencial que esta temporada, por la pandemia del coronavirus, es imposible de replicar.

Pese a ello, la afición albinegra intenta hacerse notar con pancartas en el estadio, con recibimientos al autobús del equipo y con mensajes en las redes sociales. Ayer, el delantero Juanto Ortuño agradeció ese apoyo e instó a la afición a que «siga animando como lo está haciendo». «Va a ser muy duro hasta el final, pero seguro que lo conseguimos», dijo.

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El Castellón, que cayó derrotado el viernes en Castalia contra el Espanyol, contará con dos días más de margen para preparar el partido que el rival. El Albacete cayó el domingo de forma inverosímil ante el Girona. El cuadro manchego llegó en ventaja al tiempo de prolongación, pero entonces recibió dos goles y le remontaron el partido. 

Con esta derrota, el Albacete es el colista del grupo, a un punto del Castellón y a dos de la permanencia. Los dos equipos presentan idéntico balance en lo que va de segunda vuelta, con once puntos en diez jornadas. El equipo que dirige Alejandro Menéndez (el tercer entrenador del curso para al Albacete) es el tercer peor local de la categoría, un dato para la esperanza albinegra. Moderada: el Castellón es el peor visitante con solo una victoria a domicilio en toda la temporada. Y fue en la lejanísima primera jornada. «Están en su mejor momento, es un rival muy duro», avisó Ortuño.