El Catí es uno de los clubs más particulares del fútbol provincial y lo es por diversos motivos. Por su tradicional torneo de verano, el Trofeu de l’Avellà, por el gran ambiente de fútbol que respira el Santa Anna cada quince días o por sus dos históricas temporadas en Regional Preferente. No obstante, desde esta campaña una curiosidad salta a la palestra, y es que uno de sus futbolistas más destacados, Adrià Puig, se ha convertido en el alcalde del municipio después de tomar el relevo de Pablo Roig.
Puig se formó en el Albocácer, Sant Mateu y Traiguera y como amateur ha defendido las camisetas del Vilar de Canes, Tírig y Catí, amén de tomar parte en el cuerpo técnico del equipo de fútbol base Alt Maestrat. Pero al catinense no solo le apasiona el fútbol si no también la política, actividad que comenzó en las elecciones del 2011 como suplente de la lista liderada por Manuel Puig. En las siguientes entró a formar parte el Ayuntamiento en la candidatura de Pablo Roig, gestionando las concejalías de Deporte y Turismo.
Representar a su pueblo tanto vestido de corto como desde la casa consistorial es todo un orgullo para un Adrià Puig que vibró como un aficionado más en el primer ascenso a Preferente en el 2011 y disfrutó como futbolista dos años después cuando el equipo del Santa Anna se impuso al Benferri en la promoción de ascenso que le devolvía de nuevo a la categoría reina del fútbol provincial. Tras esos dos momentos históricos para el fútbol del pueblo, el club se vio abocado a tomar su decisión más dura, no inscribir el equipo en la competición debido a la carencia de futbolistas. Un par de años después el fútbol ha regresado a Catí y lo ha hecho con más fuerza que nunca. «Las ganas de competir y la motivación de un pueblo volcado con el club» han propiciado la resurrección de la entidad, resalta el futbolista.
Sin embargo, Puig reconoce que «en los municipios pequeños todo es más difícil y por lo tanto el fútbol base y amateur también». «No creo que haya una solución que funcione en todos los municipios, cada uno tendrá unas características y por tanto la solución será diferente», señala. Respecto a la concerniente a su pueblo, el alcalde y jugador del Catí arguye: «Nos tocó esperar dos años hasta que jugadores que estaban en el deporte base o estudiando fuera pudieran jugar en el equipo amateur. En el deporte base nos juntamos varios municipios y aun así no se ha podido mantener un club comarcal».
Pero Catí saltó a la palestra días atrás tras la proclamación de Adrià Puig como alcalde del municipio, algo que llama la atención y que ha sido objeto de bromas en el vestuario, como declara el propio alcalde, aunque el ambiente continuará siendo el mismo. «Solo hace una semana, pero a parte de las bromas creo seguirá todo igual. Este año tenemos un buen grupo y hay buena relación tanto entre el equipo como con la directiva», comenta.
El fútbol, clave en el pueblo
En la faceta deportiva el Catí tiene en mente recuperar su plaza en Primera Regional a corto-medio plazo, es una de las ilusiones de Adrià Puig, que ahora también se volcará como máximo edil en «seguir apoyando las actividades deportivas, pero es necesario que las administraciones aprovechen el potencial del deporte para mejorar la calidad de vida de la sociedad», señala.
Uno de los principales dinamizadores deportivos, por no decir el principal, del pueblo es el CD Catí en un municipio que vive el fútbol como pocos. «El Catí es el momento del fin de semana donde los aficionados se juntan y disfrutan del equipo del pueblo. Las victorias conseguidas en las dos últimas rondas de la Copa han sido un ejemplo de lo que vive la gente el fútbol en el Santa Anna», describe Puig.
Catí es sinónimo de pasión por el fútbol y, por ello, máxime tras un par de años con el Santa Anna cerrado, el objetivo de la entidad pasa por «disfrutar del fútbol en el municipio durante muchos años. Si hay alguna cosa más ya llegará, pero en un pueblo pequeño tener un equipo ya es una objetivo cumplido», destaca satisfecho el alcalde.
