Desde el 2005, Oracle, uno de los gigantes del software de Estados Unidos, especializado en bases de datos, ha ido realizando pequeñas y grandes compras de otras compañías informáticas, una furia compradora en la que se ha gastado más de 31.000 millones de euros. Ayer, la empresa californiana sumó la adquisición número 52 de estos cuatro años. Y aunque puede no ser la más costosa, sí representa la primera que puede cambiar el panorama de las tecnologías de la información.

Oracle cerró un acuerdo definitivo de compra con Sun Microsystems, la empresa entre cuyos mayores éxitos están el lenguaje de programación Java, que utilizan más de 1.000 millones de aparatos en todo el mundo, la base de datos MySQL, el sistema operativo Solaris y los servidores. Y aunque quedan procesos burocráticos imprescindibles (desde la aprobación por el accionariado de Sun hasta los trámites legales) se puede augurar la entrada en juego de un nuevo gigante o, en las palabras que usó ayer Bruce Richardson, un analista de Boston, en The Wall Street Journal, "un gorila" en el mercado de las infraestructuras informáticas.

UNA INDUSTRIA EN UNA CAJA La compañía fundada por Lawrence Ellison, el cuarto hombre más rico del planeta, ha ofrecido más de 5.700 millones de euros (supone 7,3 euros por acción) para hacerse con Sun. Y la principal idea de la fusión es poner a disposición de sus más de 300.000 clientes (entre corporaciones, instituciones académicas y agencias gubernamentales) toda una industria en una sola caja.

La unión de las dos compañías permitirá a la nueva Oracle medirse de igual a igual con otros grandes en la venta de terminales y equipos como Hewlett-Packard y Dell. Pero, además, le coloca también en una nueva categoría de competencia con rivales tradicionales en territorio de software como IBM. "Oracle será la única compañía que pueda construir un sistema integrado, de las aplicaciones a los discos, en el que todas las piezas encajan y trabajan juntas, liberando así a los usuarios", prometía ayer Ellison tras el acuerdo.

Era precisamente la multinacional IBM quien desde mediados del pasado mes de marzo y hasta hace dos semanas aparecía como principal tabla de salvación para Sun, una empresa fundada por un grupo de estudiantes y graduados de la Universidad de Stanford en 1982, pionera en la creación de redes de ordenadores que trabajan interconectados. Sun Microsystems, que empezó a tener problemas cuando pinchó la burbuja de las puntocom y que había luchado hasta ahora por mantener su imagen de empresa independiente en el Silicon Valley, mantenía grandes cifras de ventas (10.300 millones de euros en el último año), pero no conseguía convertirlas en beneficios palpables.