Fue una medida que anunció Emmanuel Macron a finales del 2018, en plena crisis de los chalecos amarillos, para financiar parte de los 10.000 millones de euros destinados a calmar la cólera de las clases medias de la Francia periférica. La tasa aplicable a los gigantes de internet -Google, Apple, Facebook y Amazon, conocidos por el acrónimo de GAFA- fue aprobada ayer definitivamente por el Senado francés. Francia se convierte así en uno de los primeros países en aplicarla, a pesar de las amenazas de represalias de Trump.

Anteayer, el responsable de comercio norteamericano, Robert Lighthizer, acusó a las autoridades francesas de poner en el punto de mira a determinadas compañías tecnológicas norteamericanas. El ministro galo de Economía, Bruno Le Maire, le respondió ayer recordando que los aliados deberían «solucionar sus diferencias de una manera distinta, no con amenazas».

«Francia es un Estado soberano que decide soberanamente sus disposiciones fiscales», subrayó Le Maire en la Asamblea Nacional. El impuesto afectará a una treintena de empresas, las que tengan un volumen de negocio superior a 750 millones de euros a nivel internacional y de 25 millones en Francia.