El secretario general de UGT, Pepe Álvarez, aseguró ayer que el sindicato no va a dejar de reclamar la subida del salario mínimo (SMI) interprofesional para este año y que lo reclamará en la calle «si la pandemia lo permite». «Podemos subirlo ahora, manteniendo la paz social y el buen rollito, o ya veremos», reconoció Álvarez en un encuentro con los medios de comunicación, en el que ha confirmó que ya están hablando con CCOO de movilizaciones si el Gobierno no rectifica respecto al SMI. Álvarez explicó que la opción de subirlo un 0,9 % –como las pensiones y los salarios públicos– «no es aceptable», aunque dijo que el Ministerio de Trabajo no ha puesto encima de la mesa esa posibilidad.

En la reunión de ayer estaba previsto que también se retomara la negociación del SMI, prorrogado en los 950 euros mensuales brutos del 2020. UGT mantiene que hay que subirlo a 1.000 euros y rechaza que su subida afecte a los sectores más afectados por la pandemia como la hostelería o la restauración, dado que se trata de sectores sujetos a convenio.

«Otra cosa son las camareras de piso», dijo Álvarez, que recordó que se trata de un trabajo habitualmente subcontratado a empresas de servicios que pagan el SMI, uno de los efectos de la reforma laboral del 2012. Lo mismo sucede con los trabajadores auxiliares de las residencias de ancianos o de las cuidadoras de mayores a domicilio.