El próximo mes de diciembre se celebrará el primer aniversario de la apertura de Panadería Mateu en Castellón, en la calle Barranquet (Grupo San Agustín y San Marcos). Este hecho ha hecho posible que los castellonenses puedan disfrutar del pan artesano con sello de Els Ibarsos elaborado en la capital de la Plana y sin perder ni un ápice de su esencia centenaria. Desde entonces, ya es no es necesario que los castellonenses se desplacen hasta este núcleo urbano del término de la Serra d’En Galcerán para disfrutar de la textura y el sabor genuinos de este pan, que sigue la tradición creada por el bisabuelo de Bruno Mateu en su pequeño horno casero de Els Ibarsos. El balance de estos meses es “inmejorable”, según asegura el propietario de la firma, Bruno Mateu, quien explica que “la acogida que hemos recibido en Castellón ha sido estupenda y cada vez estamos trabajando más”.

MERCHE ROMERO: ¿Qué le llevó a abrir el horno en Castellón?

BRUNO MATEU: Teníamos una gran demanda de pan. Los clientes de diferentes localidades nos pedían que diéramos servicio de reparto, pero, por motivos de infraestructura, no podíamos satisfacer estas peticiones, así que mi mujer y yo pensamos que sería un proyecto muy interesante venir a Castellón y emprender un nueva empresa y una nueva vida.

M. R.: El pan de Els Ibarsos es el más popular y prestigioso de la provincia. ¿Qué cualidades lo convierten en un producto único? ¿Cuál es la clave de este éxito?

B. M.: Este pan no tiene ningún secreto. Nuestros abuelos, la gran mayoría, hacían el pan en sus masías y les salía muy bien. Todo está en darle mucha, pero que mucha, fermentación. Nosotros invertimos en este proceso, que es totalmente artesanal, entre siete y nueve horas. Para elaborar este pan todo se hace a mano: el pesado, el formado... Todo. El éxito de este pan reside en haber sabido conservar el estilo de mi padre, de mi abuelo, del tío de mi abuelo. Han pasado cuatro generaciones y seguimos trabajando igual que antaño.

M. R.: ¿Qué le diría a los consumidores que suelen comprar panes industriales o hechos con masas precocinadas?

B. M.: El pan industrial es eso, industrial. Te lo comes y ahí se queda todo. Si quieres degustar un buen pan tienes que optar, sin duda, por el pan artesano. El consumidor al que le gusta el pan de verdad, con sabor, textura y aroma, mira la calidad por encima del precio, porque aprecia la forma tradicional de elaborar este alimento a través de la conjunción de elementos como la leña, la manualidad de la masa, la fermentación y, sobre todo, la pasión por las cosas bien hechas.

M. R.: ¿Cuándo se registra una mayor demanda de pan?

B. M.: Entre semana se trabaja muy bien, pero cuando llega el viernes y el sábado hay un ‘boom’ total. De hecho, en un sábado normal hemos llegado a vender más de mil barras de pan, casi todas ellas en el mostrador. Imagínate, tres personas despachando sin parar desde las ocho de la mañana hasta las dos de la tarde. Una locura.SClBM. R.: Y, ante la gran demanda de este producto, ¿se han planteado ampliar la producción o cambiar los métodos de elaboración?

B. M.: Sí, pero solo es un planteamiento. De momento, hacemos lo que mejor se nos da para mantener un pan de calidad y como merece la marca que podríamos denominar ‘Mateu cuarta generación, de Els Ibarsos’. Hay que dejar el listón alto como lo dejaron mi padre y mis antepasados, pero sin perder nuestra identidad y las características que nos diferencian.

M. R.: ¿Qué variedades de pan ofrecen en el horno?

B. M.: El pan típico de Panadería Mateu siempre ha sido la hogaza, pero en Castellón la gente nos pide barras. También hacemos ‘ximos’, minihogacitas, panecillos y, por supueso, la típica hogaza.

M. R.: ¿Consumen los castellonenses menos pan que hace unos años?

B. M.: Sí. El consumo de pan ha bajado notablemente. Antes se comía pan con cualquier alimento y en todas las comidas. Ahora no. Los hábitos han cambiado, y no deberíamos olvidarnos de las muchas propiedades nutricionales que tiene este alimento básico y emblemático de la dieta mediterránea.

M. R.: ¿Cómo es el consumidor de pan castellonense? ¿Qué características le definirían?

B. M.: El perfil de cliente es el de una persona exigente con el pan, que quiere disfrutar de un sabor único. Ante todo busca la calidad y no la cantidad y deja el precio de lado. Muchos vecinos de Castellón venían a Els Ibarsos y cargaban de pan para toda la semana. Lo congelaban y lo iban gastando. Ahora vedemos pequeñas cantidades porque tienen el pan de Els Ibarsos al lado de casa.

M. R.: En unas semanas Panadería Mateu celebrará su primer aniversario en Castellón...

B. M.: Sí, nuestro proyecto va consolidándose y estamos muy satisfechos. Por eso, quiero dar a las gracias a todos nuestros clientes por su confianza y, sobre todo, a mi familia, que me ha apoyado para seguir en esta profesión que, a pesar de ser tan dura, es lo que me gusta y lo que me da la vida. H