El exdirector general de la Guardia Civil, Santiago López Valdivielso, aseguró ayer, ante la comisión de investigación de los atentados del 11 de marzo, que la masacre provocada por el terrorismo islamista en Madrid no tenía como objetivo provocar la derrota electoral del Partido Popular en las elecciones del 14-M como consecuencia del apoyo del Gobierno español a la intervención militar en Irak iniciada por Estados Unidos.

López Valdivielso comentó que la prueba de ello fue que el 2 de abril, dos semanas después del triunfo del partido socialista, los terroristas que cometieron el atentado quisieron volar el AVE aunque el presidente del Gobierno, José Luis Rodríguez Zapatero, había ordenado ya que regresasen las tropas españolas de Irak. A su juicio, la razón de la masacre de Atocha no fueron las elecciones sino la guerra cultural y religiosa de los fundamentalistas contra Occidente.

CINTA DECISIVA El exmáximo responsable de la Guardia Civil defendió al Gobierno de José María Aznar y explicó que él creyó que era la banda terrorista ETA la que había cometido el atentado hasta que la policía encontró el sábado, 13 de marzo, junto a la mezquita de la M-30 madrileña, la cinta de vídeo que reivindicaba la acción.

Como José Manuel García Valera y Vicente Faustino Pellicer, los dos generales de la Guardia Civil que comparecieron ante la comisión antes que él, López Valdivielso dijo que, desde el mismo 11 de marzo por la mañana, todos estaban convencidos de que la autora de la masacre que acabó con la vida de casi 200 personas era ETA porque se les informó erróneamente de que el explosivo utilizado era Titadyne. Todos esos mandos añadieron, no obstante, que el descubrimiento de la furgoneta de Alcalá de Henares hizo que desde las 18.00 horas del 11-M la Guardia Civil mantuviese abierta la doble línea de investigación que incluía, junto a ETA, a los terroristas islamistas.

NUEVOS DOCUMENTOS Entre los nuevos documentos enviados ayer por el Gobierno a la comisión se incluyó uno en el que la Guardia Civil da cuenta de que agentes de su Grupo de Información Exterior visitaron en dos ocasiones en la cárcel al confidente Rafá Zuher y a Rachid Aglif para investigar la trama de explosivos del 11-M, e intentaron otro encuentro con el exminero asturiano Emilio Suárez Trashorras que evitó el juez Juan del Olmo. Junto a esos informes, el Ejecutivo remitió otros dos sobre Zuher y Suárez en los que se indica que no informaron a la Guardia Civil de la venta de explosivos a los autores de los atentados de Madrid.