La implantación del votobit o voto electrónico será una de las bazas del Gobierno para animar a los electores a participar en el referendo de la Constitución europea que tendrá lugar la próxima primavera. Así lo anunció el pasado lunes el presidente José Luis Rodríguez Zapatero. Y de inmediato surgieron las preguntas sobre cómo, dónde, con qué tipo de mecanismos y garantías de identidad, secreto y seguridad se podrá emplear este nuevo sistema.

"La apuesta de Zapatero es interesante y positiva", dice Jordi Sánchez, profesor de Ciencia Política y director de la Fundación Jaume Bofill, que trabaja en la implantación del voto electrónico. "Pero si se trata de incrementar la participación, no hay evidencia de una relación causa-efecto entre voto electrónico y mayor afluencia de electores".

El ensayo inglés

Esa conclusión quedó de relieve en las dos experiencias piloto que realizó la empresa española Indra en las elecciones locales de mayo del 2003 en Reino Unido. Los electores de las circunscripciones de Epping Forest y South Oxfordshide City podían votar en una pantalla táctil en la que aparecían las distintas candidaturas. Los de South Oxfordshide, podían introducir la papeleta en una urna electrónica cuyo scanner óptico la leía automáticamente. En ambos casos debían acudir personalmente a los colegios electorales.

En opinión de Jordi Sánchez, "tanto la urna electrónica como la pantalla táctil --ambos contemplados en la legislación electoral vasca-- ahorran tiempo de recuento y evitan los votos nulos, sin embargo, las ventajas no justificarían el coste".

Por móvil e internet

¿Y el voto electrónico, a distancia, a través de un ordenador conectado a internet o mediante teléfono móvil? Tecnológicamente es factible. La empresa Indra, que ha obtenido contratos electorales en Noruega, Venezuela, Argentina --no así en Brasil-- y encabeza un grupo de empresas que desarrollan un proyecto auspiciado por la Unión Europea de tele-voting, ensayó por primera vez el voto por internet y teléfono móvil en la localidad andaluza de Jun (Granada), coincidiendo con las elecciones autonómicas del pasado 14 de marzo. El resultado fue que de 800 electores acreditados, 400 emitieron su voto virtual por internet y 197 por su teléfono móvil.

Un protocolo de seguridad ya garantiza el secreto del voto emitido. Empresas e investigadores ya han desarrollado técnicas de inviolabilidad de las transmisiones. Todas las condiciones están dadas, según opinan los expertos, para votar a distancia. Pero el camino será largo, pues el sistema requiere una clave especial de identificación de cada votante censado y una firma electrónica que junto con su número de identidad permita el elector acceder al sistema de votación. Y nada de eso ha sido abordado todavía.

El largo trecho pendiente llevó ayer al director del Centro de Investigaciones Sociológicas (CIS), Fernando Vallespín, a reconocer que "todavía no hay garantías ni estamos preparados técnicamente para abordar algo tan importante por la vía electrónica, aunque será cuestión de tiempo".