Apenas 48 horas ha durado la tregua. Después de que el miércoles la portavoz de las víctimas del 11-M, Pilar Manjón, exigiera en el Congreso más atención para los afectados por el terrorismo y menos "política de patio de colegio", ayer PP y PSOE volvieron a la greña. El popular Ángel Acebes acusó al Gobierno de dañar el pacto anti-ETA, suscrito por ambas fuerzas, al nombrar sin consenso previo --ayer, en el Consejo de Ministros-- al socialista Gregorio Peces-Barba como alto comisionado de apoyo a las víctimas del terrorismo.

LOS PUNTOS DEL TEXTO El acuerdo por la libertades y contra el terrorismo establece que socialistas y populares tendrán a las víctimas como "principal preocupación" (punto séptimo) y mantendrán una "colaboración permanente" y una "actuación concertada" en la lucha antiterrorista (punto noveno).

Pese a este compromiso, el presidente, José Luis Rodríguez Zapatero, anunció el miércoles la creación de este alto comisionado sin reunir la comisión de seguimiento del pacto ni informar al PP. Tampoco consultó a los populares la elección de Peces-Barba para el cargo, como el jueves le hizo notar Acebes al socialista José Blanco, al que expresó el "malestar" del PP, y pidió sin éxito que los firmantes del acuerdo debatieran la designación antes de que la tramitase el Consejo de Ministros.

El secretario general del PP definió ayer a Peces-Barba como "una persona que no es de consenso, sino de la confianza del PSOE", y exigió "formalmente" que el pacto anti-ETA se reúna para analizar sus funciones.

APOYO DE DE LA VEGA Tras anunciar en la Moncloa la designación de Peces-Barba, Teresa Fernández de la Vega adelantó que la reunión de la comisión de seguimiento reclamada por el PP se celebrará, ya que el Gobierno se ha comprometido a convocarla cada vez que lo pidan los populares.

Tanto la vicepresidenta como el propio Zapatero, éste en Bruselas, puntualizaron que la elección de Peces-Barba es una mera "decisión administrativa", inscrita en las competencias del Gobierno y ajena a "la letra y el espíritu" del pacto antiterrorista. Tras defender "el gran relieve y trayectoria" del alto comisionado, el presidente reprochó al PP que haya estado "24 horas apoyando su nombramiento" para, al fin, criticarlo.

Con rango de secretario de Estado pero exento de sueldo, Peces-Barba dependerá del presidente del Gobierno, tendrá un equipo de unas seis personas, un despacho en la Moncloa y una misión: coordinar la atención a las víctimas con el Ministerio del Interior y con el resto de las administraciones públicas.