El candidato a la presidencia
del Gobierno de Navarra, Miguel Sanz, ha expuesto hoy ante el Parlamento foral
un programa "necesariamente abierto y posibilista", que pretende el máximo apoyo
para conseguir una Navarra "sin nubarrones en su horizonte institucional, libre
de violencia, solidaria y próspera".Consciente de su minoría, como ya
había anunciado, Sanz brindó expresamente a PSN en su discurso de investidura la
oportunidad de colaborar en varios ámbitos, y expuso sus previsiones en materia
de relaciones con la CAV, así como en política económica, de bienestar social,
educación, salud, obras públicas o turismo.
Ante un salón de plenos
expectante, y con el palco de invitados con representantes de varios partidos y
familiares, Sanz desgranó durante una hora y cuarto un programa estructurado por
departamentos, si bien comenzó exponiendo las premisas ideológicas y advirtiendo
de que "si la Cámara me otorga su confianza yo procuraré méritos para garantizar
la estabilidad". Al respecto, aludió a los dos meses transcurridos desde
las elecciones y a las negociaciones entre los diferentes partidos para un
posible gobierno, y valoró que finalmente "UPN, CDN y PSN hemos acordado
garantizar la gobernabilidad y la estabilidad institucional de Navarra desde el
respeto al Amejoramiento y a la Constitución".
Así, aseguró a los
navarros, que "están impacientes y expectantes", que "sabremos hacer lo mejor
para Navarra", y prometió que hará "lo posible para que el grito de
confrontación que ha anidado en el sentimiento de los navarros sea utilizado de
manera positiva".
Tras advertir que en todo caso "nada impulsaré al
margen del Amejoramiento y la Constitución" sí aseguró que "respetaré a quienes
pretendan lo contrario, pero exigiré lealtad a nuestro ordenamiento". Por todo ello, apostó en estos cuatro años por conseguir una Navarra "libre de
obstáculos para la promoción profesional y social", "sin nubarrones en su
horizonte institucional, libre de violencia, del chantaje terrorista, solidaria
y próspera, universal y abierta al mundo".
Apostó, en suma, por el
progreso, si bien aseguró que éste "no es propiedad de ideologías, sean de
izquierdas o de derechas, nacionalistas o no nacionalistas", una labor que
consideró que se ha conseguido en los últimos años con los gobiernos de UPN y
para cuya continuidad apeló al apoyo del resto de fuerzas de la Cámara,
"especialmente al PSN para que trabajemos juntos por el interés general de
Navarra y de todos los ciudadanos".
En cuanto al programa, dedicó la
primera parte a las relaciones con el País Vasco, y aseguró estar "fuera de
lugar afirmar que los navarros queremos vivir de espaldas al País Vasco" y
subrayó que "los navarros no buscamos confrontación alguna. En todo caso nos
defendemos de quienes la buscan queriendo imponer su ideario en contra de la
mayoría", dijo Sanz a la audiencia nacionalista.
Respecto al resto de
áreas, auguró que "es posible alcanzar el sueño de una Navarra en paz, en
libertad, económicamente próspera, socialmente justa, innovadora y universal.
Una navarra humana, que mejore la situación de los discapacitados, de los
parados de larga duración, que reduzca la siniestralidad, que promueva la
calidad de la docencia y la asistencia sanitaria a todos en igualdad de
condiciones". Será "una Navarra integradora y acogedora de los
inmigrantes, generosa con quienes más lo necesitan y solidaria con todos los
pueblos".
Una política de crecimiento de la población, acompañada de la
inversión en infraestructuras, la transformación de 26.000 hectáreas en regadío,
la apuesta por las políticas sociales, la potenciación de la industria, las
innovaciones en sanidad y la construcción de viviendas, así como el acercamiento
a las relaciones con el Estado para el "entendimiento institucional", fueron
otras de las líneas expuestas por Sanz.