La presidencia federal de Izquierda Unida (IU) apostó ayer por la vía diplomática y pidió formalmente a sus tres diputados autonómicos de Extremadura que rectifiquen y no faciliten que el Gobierno regional acabe en manos de José Antonio Monago (PP). Los tres díscolos tienen previsto abstenerse en la votación de investidura pese a las presiones que están recibiendo de la dirección del partido que ayer, tras una reunión de casi cinco horas, decidió no sancionarles todavía y darles más tiempo para que recapaciten. Todavía tienen muchos días de margen. El debate de investidura será probablemente el 4 y 5 de julio.

Pese a las críticas que el coordinador federal, Cayo Lara, ha dirigido públicamente a los diputados extremeños por haber dejado que prevaleciera la voluntad de las bases del partido, la presidencia decidió salvaguardar la unidad y no expulsar a los miembros de la federación extremeña. Al menos, por ahora. El cisma, a nueve meses (como máximo) de la generales, no solo le impediría a IU afrontar con cierta tranquilidad interna la campaña, sino que le anularía la posibilidad de saber si captará a los votantes socialistas desencantados con el presidente del Gobierno, José Luis Rodríguez Zapatero, y Alfredo Pérez Rubalcaba, el candidato del PSOE.

SIN SU PRESENCIA A la reunión, que empezó poco antes de las cinco en la sede de los rojiverdes en Madrid, no asistió ningún miembro del partido en Extremadura. El coordinador general de IU en la comunidad, Pedro Escobar, argumentó que era imposible llegar a Madrid a esa hora, ya que por la mañana se había constituido la nueva Asamblea extremeña y debían estar.

"Si hay algún tipo de juicio, algún tipo de análisis, está claro que va a ser en rebeldía o en ausencia de nosotros", declaró Escobar al mediodía.

El secretario de Organización de IU, Miguel Reneses, explicó tras la reunión que la presidencia federal había aprobado una resolución por 30 votos a favor y dos en contra. Dicho texto expresa el total apoyo a Lara en su intervención, clara y rotunda, en este caso. La resolución recuerda que el Consejo Político Federal ratificó el año pasado que IU no debe permitir con su voto que gobiernen los populares.

PREVISIONES OPTIMISTAS Según Reneses, la mayoría de los delegados regionales no están dispuestos a "tirar la toalla" y consideran que hay tiempo en las próximas dos semanas para convencer a sus tres compañeros extremeños (Pedro Escobar, Víctor Casco y Alejandro Nogales) para votar en contra del conservador Monago. Si esa rectificación no llega, la dirección federal, añadió Reneses, decidirá entonces qué sanciones imponerles.